La perra murió a los 13 años, mientras dormía, y su dueño, Anton Mari Lim, anunció el fallecimiento de su mascota en Facebook, provocando un alud de homenajes en las redes sociales.
”Siempre fue una heroína, desinteresada hasta el final”, escribió el veterinario, que primero trató a la perra y después lo adoptó para siempre.
“Te echaré de menos saltando el portal para saludarme cada vez que llegaba a casa, o bien a mi lado cuando trabajaba en el jardín. Siempre estabas ahí”, agregó, conmovido, el veterinario.
Kabang se convirtió en heroína en el año 2011, cuando los medios de Filipinas informaron sobre cómo salvó la vida de dos niñas que cruzaban una calle muy transitada, saltando delante de una moto.
El acto de arrojo de la perra recorrió el mundo en un abrir y cerras de ojos, generando la ternura de los amantes de las mascotas.
En el accidente, la moto volcó y le arrancó el hocico, parte de la mandíbula y le dañó un párpado, quedando Kabang muy complicada.
Luego de este hecho, surgió una campaña de recaudación de fondos a través de la Web donde se logró juntar más de 27 mil dólares para que pueda recibir tratamiento médico en los Estados Unidos.
La perra logró sobrevivir a partir del tratamiento, logrando llegar a los 13 años de vida.
Los restos de Kabang serán depositados en una bóveda de hormigón, que se encuentra a los pies de una estatua de aluminio macizo de la perra.
La estatua, financiada por un fan estadounidense de la perra, se encuentra en la ciudad sureña de Zamboanga, Filipinas.
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