Apodada
La Dama de Hierro por su firme oposición a la Unión Soviética, implementó una serie de políticas conservadoras que llegaron a ser conocidas como thatcherismo.
En las elecciones generales de 1959 Thatcher se convirtió en miembro del Parlamento (MP) por Finchley, desde donde juzgó duramente las políticas fiscales del gobierno laborista. Edward Heath la nombró ministra de Educación y Ciencia en 1970.
En 1975 venció a Heath en las elecciones del
Partido Conservador y pasó a ocupar la presidencia del partido, convirtiéndose en la líder de la oposición y en la primera mujer en dirigir uno de los principales partidos políticos en el Reino Unido.
Después de triunfar con su partido en las elecciones generales de 1979, Thatcher se convirtió en la
primera ministra del Reino Unido.
En su gestión, Thatcher introdujo una serie de iniciativas políticas y económicas para revertir lo que percibía como un precipitado declive nacional en el Reino Unido.
Su filosofía política y sus políticas económicas hicieron hincapié en la desregularización (especialmente del sector financiero), la flexibilización en el mercado laboral,
la privatización de empresas públicas y la reducción del poder de los sindicatos. Durante sus primeros años de gobierno la popularidad de Thatcher disminuyó en medio de la recesión y el alto desempleo, hasta que la recuperación económica y la victoria en la
Guerra de Malvinas de 1982 le brindaron un aumento en su popularidad, que se tradujo en la reelección en 1983.
Llevó adelante una férrea política exterior caracterizada por su oposición a la formación de la
Unión Europea y un completo alineamiento con la política exterior de
Estados Unidos.
Sin embargo, firmó el
Acta Única Europea, que establecía formalmente el mercado único y una cooperación más estrecha en Europa.
Thatcher fue reelegida para un tercer mandato en 1987, pero su impuesto a la comunidad (conocido popularmente como poll tax) fue muy impopular y otros miembros de su gabinete no compartían sus puntos de vista sobre la Comunidad Europea.
Así, en noviembre de 1990 renunció al cargo de primera ministra y líder del partido, después de que Michael Heseltine desafiara su puesto como cabeza del partido para luego ser sucedida por John Major como primer ministro.