Al menos 16 muertos hubo en Pakistán luego de las explosiones que se dieron el lunes en una comisaría de la policía antiterrorista producto de un cortocircuito.
La cifra de personas fallecidos fue actualizada este martes con su ascenso a 16.
Entre los muertos figuran un policía, cinco presuntos terroristas -detenidos en espera de ser interrogados- y dos hermanos de 4 y 6 años que vivían cerca de la comisaría, informaron las autoridades.
En tanto, más de 50 personas resultaron heridas y debieron ser hospitalizadas.
Estas explosiones en el interior de una comisaría de Kabal, una ciudad del valle de Swat, en el noroeste del Pakistán, provocaron el colapso total del edificio.
La policía local atribuyó las explosiones a un cortocircuito en el sótano de la comisaría donde, según la fuerza, se encontraban granadas y otros explosivos.
"Todavía no hemos encontrado pruebas físicas o visuales que sugieran un atentado suicida, pero examinaremos todos los aspectos de la cuestión durante la investigación", dijo Akhtar Hayat Gandapur, miembro de la policía de la provincia de Khyber Pakhtunkhwa.
Según se detalló, unos trescientos kilogramos de explosivos, entre ellos minas antitanques y antipersonales, obuses de artillería y morteros, se almacenaban en el sótano de la comisaría, además de artefactos explosivos improvisados y chalecos, todo perteneciente a terroristas.
En cuanto a las víctimas, este martes se organizaron los funerales para nueve policías.