El desencadenante del pedido de Moody es el reporte de dos casos de sobredosis masivas en una semana en dos condados de Florida, así como el aumento meteórico de muertes relacionadas con el fentanilo en todo el país.
La fiscal general envió una carta a Biden en la que lo exhorta a que tome "medidas inmediatas para detener la crisis del fentanilo que mata a cientos de estadounidenses todos los días".
La carta demanda al presidente de Estados Unidos que clasifique el fentanilo como "arma de destrucción masiva", lo que significa la intervención de más organismos del Gobierno federal para "coordinar una respuesta uniforme al fentanilo ilícito, incluido el Departamento de Justicia, el Departamento de Seguridad Nacional (DHS), la Administración de Control de Drogas (DEA) y el Departamento de Defensa.
La Fiscalía General de Florida informó que el martes pasado, en la ciudad de Tampa, agentes de la Policía llegaron hasta una tienda donde "siete personas fueron encontradas inconscientes después de consumir drogas mezcladas con fentanilo y un tranquilizante veterinario".
Además, durante el fin de semana del 4 de julio al menos 19 personas sufrieron una sobredosis de fentanilo en el condado de Gadsden, en el noroeste del estado.
En marzo pasado, cinco cadetes de la academia militar West Point sufrieron una sobredosis del mortal fentanilo en una casa de alquiler vacacional en Wilton Manors, en el sur del estado.
Los jóvenes, cuatro de ellos con paro cardíaco, fueron hallados por los servicios de emergencia de la citada ciudad en una vivienda del condado de Broward, donde estaban alojados con motivo de las vacaciones de primavera.
Solo 2 miligramos de fentanilo pueden resultar una dosis fatal. "Es el asesino número uno de adultos de 18 a 45 años, con un aumento del 168 % de muertes entre adolescentes en 2020", es decir, 680 muertes en todo el país.
En 2021, el 77 % de todas las muertes por sobredosis de adolescentes estuvo relacionado con el consumo de fentanilo.