Con solo un short de baño, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, se sumergió este martes en el agua helada de una piscina en forma de cruz cerca de Moscú, con el fin de cumplir un ritual de la Iglesia Cristiana Ortodoxa para conmemorar la fiesta de la Epifanía.
La televisión estatal rusa transmitió imágenes de Putin cuando, con la temperatura de14 grados bajo cero, se quitaba un abrigo de piel de oveja para ingresar a las aguas heladas y se sumergía tres veces debajo de la superficie, frente a una cruz esculpida en hielo.
Putin, de 68 años, creció bajo el régimen comunista donde las demostraciones religiosas abiertas estaban mal vistas. Como presidente, se convirtió en un asistente frecuente de las ceremonias ortodoxas rusas y le dio a la iglesia una voz importante en la sociedad. Cada año en la Epifanía, los creyentes ortodoxos se sumergen en ríos y lagos para conmemorar el bautismo de Jesucristo en el río Jordán.