Su papel en El Maestro sería como el carácter blando que no puede mostrar o que no deja aflorar Prat (Julio Chávez), un maestro de danza muy riguroso y estructurado como impone la disciplina y él lo traslada en la vida diaria. Juan Leyrado, con su personaje de Mario, lucha con su amigo del alma y colega para que afloje su rigidez: “Todo es lucha en un ambiente particular y muy competitivo. Mi personaje es un tipo tierno, un bailarín gay y me interesó componer este papel porque no es para nada estereotipado sino que se define en función de la relación que mantiene con Prat”.
Sobre el mundo de la danza, Leyrado lo consideró como “un lugar casi impenetrable porque nunca este arte renunció a su rigurosidad. no hay forma de improvisar, la técnica es una herramienta omnipresente. No se puede improvisar la manera elegante de elevarte del piso. Tiene que ser un producto de un trabajo muy riguroso y exacto. No hay otra manera de sanatear, acá impera el sacrificio corporal y que ves tiene un costo”.
Por primera vez la pantalla chica lleva a la televisión abierta un ámbito tan selecto como el de la danza: “Para esta carrera uno tiene que dejar de lado un montón de cosas que pertenecen el mundo de los normales. Se renuncia a muchas cosas y creo que hay que amar mucho, pero mucho, y aferrarse a ese deseo para ser bailarín”.
El actor que el año pasado encaró a un hombre poderoso de la televisión en Educando a Nina (Telefé), ahora se calza el traje de homosexual en un ámbito que, a veces, estigmatiza esta condición sexual: “Mi caso es otro. Yo llego a la historia como ‘pos-bailarín’. lo interpreto por el lado contrario. Justamente porque dejó de bailar se viste así nomás, no se cuida con las comidas, es desordenado. Es la otra figura de bailarín habiendo sido bailarín. Me parece que habría sido buen bailarín, pero que le costó renunciar a los placeres de la vida. razón por la cual no llegó tan lejos con la técnica ni creo que haya alcanzado la perfección. No lo fue por cierta falta de conducta”.
En cuanto al rol de El Maestro que encara Chávez, la visión de Leyrado no es la de un hombre frustrado que deposita todas sus expectativas en la alumna Luisa (Carla Quevedo): “No creo que sea el caso de que Prat meta en otra persona lo que el otro no pudo ser. Me parece que Prat lo que quiere es poner en el otro lo que uno hizo y creo que por esto se habla de él como maestro. Quiere que el otro se realice para que el otro disfrute tal como a él le ocurrió con la danza”.
Cuando recibió la propuesta de El Maestro, Leyrado aceptó enseguida: “Cuando leí los tres primeros guiones me pareció una historia novedosa para la televisión abierta. Se ingresa a un mundo que se lo suele ver desde la platea. Realmente los jóvenes que quieren ingresar al mundo de la danza se van a encontrar con un ámbito extremadamente riguroso y se toma conciencia que tiene que trabajar mucho, se tiene que invertir mucho tiempo en entrenamiento y se sabe que la vida profesional es muy corta. En eso se parece a la de un futbolista. Y si la dirección era de Daniel Barone y la producción de Pol-ka todo me cerró”.
El Maestro se transmite los miércoles a las 22.30 en El Trece, de los 12 capítulos ya se emitieron cinco de ellos, los jueves a las 22 se proyecta por el canal de cable TNT y toda la temporada ya está disponible y se puede ver de una sola vez en Flow de Cablevisión: “La forma de mirar y producir se modifica constantemente y hay que adaptarse a esos cambios. A mí me encanta cerrar un año con una buena historia que hable de las relaciones entre los seres humanos. Y vemos que las ficciones van apareciendo son muy buenas. Nos tocó competir con Un Gallo para Esculapio (terminó el miércoles pasado en Telefé) y no hay duda que van apareciendo ficciones muy buenas, de calidad en nuestro canales y en los panregionales. es decir, nuestros productos se ven afuera también”.i
“Me gusta recuperar la risa de niño que se va perdiendo”
eNunca es tarde para debutar en un género. Este año Leyrado se subió a las tablas con el unipersonal por primera vez con El Elogio de la Risa, debutó en mayo en la Avenida Corrientes y ahora de gira por el interior del país: “Me gusta porque se trata de la recuperación de la risa interior, esa risa de niños que tenemos y que se va tapando, perdiendo y oscureciendo por muchos motivos en el paso de la vida y es verdad que la seriedad te da más prensa que la risa”.
Para el actor el unipersonal “nada tiene que ver con stand up. Es difícil y más profundo. Me hace bien que aflore la risa y transmitirla en el cuento del paso de tiempo de un hombre de mi edad”