"Entrar al futsal no es sólo por lo competitivo sino para unir a los grupos, ya que buscamos un sentido de pertenencia al lugar y hacia el grupo", propone el conductor. "No me cambiará nada que ganemos una copa en futsal o donde sea, porque lo importante es que todos la pasemos bien en un buen ambiente para trabajar mejor", aclaró.
El hecho de sumar la competencia de fútbol de salón al de fútbol 5 implica la obligación de contar con divisiones menores. "Tenemos que presentar obligatoriamente 1° y 3° y es opcional 4°, 5° y 6°, pero vamos a presentar en la divisional C 4° -desde 12 a los 16- y 5° -7 a 11- y si hay nenas más pequeñas iremos con Sexta también. Además, sumaremos en recreativo, que es aparte", sostuvo.
A la hora de explicar por qué decidió llegar al futsal, Romero afirma: "Es para que las chicas tengan otra opción más para jugar. Están las que quieren empezar ya, otras que no saben, porque dudan de tener nivel para jugar en esa liga. De todos modos, ellas van a aprender mucho porque sé en dónde van a jugar. Habrá opciones y las que quieran jugar lo harán. Es decir, quienes quieran jugar futsal lo podrá hacer, otra podrá optar por los otros torneos o bien jugar los dos, futsal y F5".
El estandarte descubre la chance nueva a través de una experiencia personal, puesto que en el segundo semestre del año pasado dirigió la Primera y Tercera de Unión Italiana de Lomas del Mirador. "Llegué por el papá de una de las chicas que entreno. El fue DT mío cuando era chico y es profe en la Unión Italiana. Me habló, me conectó con la gente de fútbol femenino, allí aceptaron algunas condiciones que puse porque no podía asistir a todos los entrenamientos. Arrancamos con cuatro fechas del campeonato de la División D y terminamos en mitad de tabla", afirma.
Experiencia
El fútbol de salón será una nueva experiencia para las chicas de EFFAR, que irán siempre a competir con la poderosa arma de la unión. "EFFAR es más que una sigla, porque encierra compañerismo, diversión, compromiso, lealtad, amistad y aprendizaje y con todo eso, además, se puede ser competitivo", indica Romero, cuya escuela cuenta con unas 45 chicas, aunque "se van sumando todo el año".
"Es que sólo paramos la primera quincena de enero y después otra vez al laburo. Siempre hay un buen ambiente y los resultados llegan como consecuencia directa. La idea es pasarla bien, por la chica que viene y por nosotros también. Es lo primero que se les explica", cerró.