Es el tercer hombre en coronarse campeón mundial como futbolista y entrenador: solo el alemán Franz Beckenbauer y el brasileño Mario Zagallo habían conseguido semejante proeza antes. Perfil de un ganador que se juró revancha tras la derrota en la final de la Eurocopa hace dos años.

"No hay palabras para describir este sentimiento. La decepción está ahí y es inmensa. Hará falta tiempo para digerirla".

Era el 10 de julio de 2016. Francia acababa de ser derrotada por Portugal (1 a 0, con un gol de en la final de la Eurocopa y Didier Deschamps soltaba, en caliente, sus primeras impresiones. La estadística -a veces cruel, siempre fría- ya le estaba recordando lo que pudo ser y no fue: el primer hombre campeón de este certamen como futbolista (lo había logrado en el año 2000) y como entrenador.

El tiempo fue pasando y aquella desilusión quedó atrás. Deschamps tragó veneno y continuó el camino que había iniciado el 8 de julio de 2012, día de su asunción en el representativo galo. Profundizó el recambio generacional en el equipo, abriéndole paso a los fulgores crecientes de los campeones mundiales Sub 20 en 2013. De hecho, seis titulares de aquella final ni siquiera fueron convocados para Rusia 2018, tales los casos de Bacary Sagna, Laurent Koscielny (se lesionó), Patrice Evra, Anthony Martial, Kingsley Coman y Andre-Pierre Gignac. Sangre nueva fue revitalizando al equipo. Nombres como Kylian Mbappé, N'Golo Kanté, Lucas Hernández y Benjamin Pavard le dieron impulso. Francia creció como equipo y Deschamps creció como entrenador.

VIDEO: el día que Deschamps levantó la copa del mundo como jugador

El día que Deschamps levantó la copa del mundo como jugador

En el camino, sin embargo, hubo grietas. A punto tal que Deschamps fue criticado y su cargo estuvo en discusión antes del Mundial. Zinedine Zidane sonó fuerte para reemplazarlo.

Pero Didier Deschamps resistió.

Resistió a partir de la fortaleza de sus convicciones, allí donde se apoyó para capear temporales. Como en 2015, cuando estalló el caso Karim Benzema, en el que el delantero estrella del Real Madrid fue acusado por la justicia francesa de chantajear a su compañero de selección Mathieu Valbuena con un video de contenido sexual. La respuesta de Deschamps llegó rápida y firme: dejó a Benzema fuera del equipo para la Eurocopa 2016, que se celebró en Francia, y el delantero lo acusó de "ceder a la presión de la Francia racista".

Pero Didier Deschamps siguió adelante.

Hoy es el tiempo de la cosecha. Deschamps es el tercer hombre campeón como jugador (lo logró en 1998) y como técnico. Apenas el alemán Franz Beckenbauer y el brasileño Mario Lobo Zagallo habían conseguido semejante proeza antes. Y solo Deschamps y Beckenbauer lo consiguieron siendo además capitanes en sus etapas como futbolistas.

La estadística le vuelve a mostrar una cara feliz a este hombre de 49 años, acostumbrado a los éxitos y también a las revanchas. Alguna vez Deschamps se coronó campeón de la Champions League con dos equipos diferentes (Olympique de Marsella, en 1993, y Juventus, en 1996). Alguna vez, en sus comienzos como entrenador, llevó al Mónaco a la final del certamen de clubes más trascendente de Europa (cayó ante el Porto de José Mourinho, en 2004) y al Olympique de Marsella a su primer título en la Ligue 1 (2010) después de 18 años de sequía.

"Significa cerrar un círculo y es un orgullo personal, pero honestamente es secundario. Yo me siento feliz por la felicidad de mis jugadores", señaló en medio de los festejos por la obtención del título. "¿Si tengo suerte? No me voy a quejar, aunque seguramente habrá otros mejor que yo", sentenció.

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