Mientras se espera por la autopsia, los investigadores aún desconocen el móvil del asesinato de la enfermera Marcela Coronel. El hallazgo de prendas manchadas, se presume con sangre, podría complicar a la pareja.

Los investigadores del asesinato de la enfermera Marcela Coronel aún no lograron determinar el móvil del crimen, mientras crecen las sospechas sobre su pareja Gabriel Guevara, al mismo tiempo que no se descarta la posibilidad de haber sido víctima de un robo, ya que una versión apunta a que la mujer habría cobrado recientemente una suma de dinero que habría guardado en su domicilio de la localidad de Longchamps. Por el homicidio, registrado el pasado lunes, todavía no hay detenidos y la demora en el resultado de las pericias también ha representado un impedimento para avanzar en la resolución del caso.

Además, uno de los problemas que se han presentado para poder empezar a esclarecer lo sucedido es que aún no se pudo realizar la autopsia al cuerpo de la joven, de 33 años, debido a la “falta de personal” en la Morgue Judicial de Lomas de Zamora. “Es una medida clave”, indicaron los investigadores del caso, quienes lamentaron que los médicos forenses se encuentran “desbordados de trabajo” y es por ello, que el cadáver de Coronel no pudo ser sometido a las pericias que, por ejemplo, arrojaran el resultado sobre la data de la hora de su muerte.

No obstante, ayer se concretaron una serie de rastrillajes en lugares cercanos a la vivienda de la calle Roberto Arlt al 3500 de Longchamps en la búsqueda del hacha que fuera utilizada para cometer el asesinato de la enfermera, como así también otros procedimientos, en relación a prendas halladas (un jean azul, un buzo rojo y guantes, se presume manchados con sangre) en la puerta de un centro comercial y que se atribuyen al esposo de la víctima y en torno a la plaza de Burzaco donde fue hallada la pequeña hija de Marcela Coronel.

Por otra parte, el portal de noticias DiarioConurbano.com.ar consignó que “un par de zapatillas y un short con sangre encontrado en la casa de Longchamps y los llamados de su pareja antes del fatal desenlace parecen ser dos claves para empezar a revelar el misterio del crimen de Marcela Coronel”, agregando que “los investigadores esperan las pericias sobre esos elementos y las hipótesis parecen circunscribirse a la responsabilidad de Gabriel Guevara, pareja de la víctima u otro hombre que vecinos dicen haber visto en el patio delantero de la vivienda en el día del crimen”.

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En tanto, se apuntó que la fiscal Marcela Juan tomó varias declaraciones testimoniales y según trascendió, algunas confirmaron y otras pusieron en duda las explicaciones que Guevara dio ante la policía y da manera pública, en relación a su coartada para sostener que es inocente. Más tarde, solicitó los allanamientos, que fueron avalados por el juez de Garantías de Lomas de Zamora, Gabriel Vitale.

“Para la fiscal, la clave es saber si esa sangre (hallada en la prenda de vestir) pertenece o no a Guevara, y determinar los cruces de llamados entre los celulares de la pareja que tuvo lugar el pasado lunes, cuando ocurrió el femicidio”, agregaron y en tal sentido, detallaron que “hay un dato no menor y es que él o los asesinos lo único que se robaron de la casa de Coronel fue el celular de la víctima”.

De esta manera, quedaría desestimada la teoría de la existencia de un monto, cercano a los 15.000 dólares, que la enfermera guardaría en su domicilio, que sería producto de un cobro reciente, cuyo origen se desconoce. Sobre la otra hipótesis, se va en dirección a un sujeto que los vecinos de Marcela Coronel dijeron haber visto la mañana del lunes, poco antes del crimen, en el patio delantero de la vivienda. “Lo describieron como una persona robusta y que estaba fumando, al que nunca habían visto antes por el barrio”, se indicó.

Por lo tanto, para los investigadores, es un elemento a tener en cuenta, pues sacaría de la escena del crimen a Gabriel Guevara, fortaleciendo la idea de un supuesto amante de la enfermera víctima o una venganza dirigida a la pareja, algo que el marido de la víctima se encargó de aportar y vínculo a una denuncia contra vendedores de droga en su lugar donde trabaja como vigilador privado en la zona de Parque Patricios.

No obstante, los dichos del entorno de la mujer y de sus compañeros de trabajo en el hospital Italiano siguen haciendo referencia a una mala relación de la pareja, por los constantes celos de su esposo y por lo tanto, sindican a Gabriel Guevara como principal sospechoso del femicidio.

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