Cuatro efectivos de la Policía Bonaerense serán juzgados por la ejecución de un adolescente, de 14 años, en un hecho atribuido a una práctica de gatillo fácil, ocurrido en julio de 2017 en Quilmes Oeste. Tras finalizar la investigación del expediente, se estableció que si bien uno de los que disparó terminó matando al chico, todos abrieron fuego en la persecución de la víctima y sus acompañantes, luego de un episodio que comenzó con un entredicho cuando los imputados salían de un cumpleaños en una casa e increparon a un grupo de pibes que pasó caminando por el lugar. Si bien la querella, a cargo de abogados de la Comisión Provincial de la Memoria (CPM), insistirá en que los cuatro sean acusados por “homicidio agravado” para el tirador Cristian Alejos y “tentativa de homicidio” en los casos de Maximiliano Aguirre, Lucas Bullosa y Manuel Argañaraz por el crimen de Matías Banuera, en la elevación a juicio se coincide en el cargo contra el autor material, pero al resto solo se les aplica la figura de “encubrimiento agravado”.
De acuerdo a lo indicado por la agencia Andar, el titular del Juzgado de Garantías Nro. 2 de Quilmes, Martín Nolfi, avaló la solicitud para el debate oral y público formulado por la fiscal Ximena Santoro. “No fueron secuestradas en el lugar armas de fuego, ni rastros de uso por parte de las víctimas, no existiendo ningún elemento que permita inferir que éstas se hallaban en posesión de un artefacto similar y que efectivamente lo emplearon contra aquel policía”, se sostiene en la elevación a juicio, en la que se hace hincapié en que los policías (por entonces, integrantes de la Unidad Táctica de Operaciones Inmediatas) admitieron haber disparados contra las chicos, mientras esos corrían por las calles Vélez Sarsfield y O’Higgins de Quilmes Oeste.
En la madrugada del 29 de julio de 2017, los cuatro agentes estaban en una fiesta familiar y al salir a la calle se cruzaron con los adolescentes, entre ellos Matías Banuera, a los que les gritaron, tal como consta en el expediente, “Che, qué onda. Ustedes no son del barrio, están de visitantes, la concha de su madre” y como surgió la reacción espontánea ante la intimidación se originó un incidente, que derivó en que los agentes reingresaran a la casa y salieran a buscarlos con sus armas reglamentarias. En un contexto, que podría considerarse de “cacería”, la víctima fatal recibió un disparo en la cabeza de una pistola 9mm.
La versión que se pretendió instaurar sobre que los chicos habían protagonizado un robo y por eso, los perseguían, quedó descartada, como así también que haya existido un tiroteo. Luego de la intervención del personal de la comisaría 3era. de Quilmes se estableció que los involucrados, que estaban sin uniforme y franco de servicio tampoco cumplieron con el protocolo de actuación de llamar al 911, además de convocar a una ambulancia para brindarle asistencia al chico herido, que estaba agonizando. De esta manera, se aprehendió a Alejos, Aguirre, Bullosa y Argañaraz (jóvenes de entre 22 y 26 años) recién al día siguientes y más tarde, quedaron procesados con prisión preventiva, pese a que luego resultaron excarcelados mientras se desarrollaba la investigación del caso.
La instrucción de la fiscal Santoro permitió determinar la responsabilidad de cada uno de los cuatro efectivos de la Policía bonaerense (los que resultaron desafectados de la fuerza) en este hecho de violencia institucional y solicitar la elevación a juicio que fue avalada por el juez Nolfi, a pesar de la oposición de los abogados defensores de los imputados. Ahora se espera que se sortee el tribunal donde se juzgará a los responsables de este asesinato en los Tribunales de Quilmes.
El caso de Matías Banuera forma parte del último informe anual de la CPM, en el que registraron 121 muertes por uso letal de la fuerza en 2017, un 11 por ciento más que en 2016 y donde casi el 80 por ciento de las víctimas tenían menos de 30 años y en el 73 por ciento de los casos el policía que mató estaba fuera de servicio.
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