Fue una pena solicitada por el fiscal Oscar Ciruzzi durante su alegato contra el acusado Agustín Orihuela, de 21 años, quien fue considerado además responsable de otro intento de robo sucedido minutos antes.
Por ello las juezas Marcela Rodríguez y Silvia Mora y el juez Alejandro Noceti Achaval condenaron al joven de 21 años a una pena única de 12 años por los delitos de "tentativa de homicidio criminis causa", "robo con armas" y "robo con armas en grado de tentativa".
El hecho fue el 18 de enero de 2020, cerca de las 7 de la mañana, cuando Terrence Bulmer, de 67 años, se encontraba en las inmediaciones de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires, sobre la Avenida Del Libertador, en su intersección con la Avenida Pueyrredón.
Bulmer había salido a hacer ejercicio y, en ese contexto, Orihuela intentó robarle sus pertenencias amenazándolo con un cuchillo de cocina que extrajo de sus ropas; luego de un forcejeó lo apuñaló y el acusado se fugó en dirección a la Villa 31 de Retiro.
De acuerdo a lo que pudo determinarse durante la instrucción -a cargo del fiscal Martín López Perrando– y que luego fue retomado en el debate, Orihuela había intentado asaltar unos minutos antes a otro joven en la intersección de la Avenida Figueroa Alcorta y la calle Ferreira pero el robo no llegó concretarse debido a que la víctima comenzó a gritar..
El fiscal de juicio durante el debate dijo que existieron dos personas afortunadas dentro de la causa: Bulmer y Orihuela. "Pese a la gravedad del cuadro, de haber estado en coma, el turista australiano pudo salvarse. El imputado fue el otro individuo con suerte: en ese momento tenía 20 años y si no se hubiera salvado la víctima, la pena por estos hechos hubiera sido una prisión perpetua", resaltó Ciruzzi.
Cabe recordar que Bulmer fue traladado con "riesgo de vida" al Hospital Fernández donde fue internado en coma farmacológico con asistencia respiratoria mecánica y estuvo varios días en estado crítico dentro de la terapia intensiva.
Tanto él como su esposa recibieron asistencia de la Defensoría del Turista, que acompañó su evolución junto a personal del Consulado y la Embajada de Australia. Ambos habían llegado al país con la intención de embarcarse en un crucero a Ushuaia.
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