De los 2.094 asesinatos a mujeres registrados en esos ocho años, 65 asesinos eran padres, 17 padrastros, seis eran ex pareja y 11 eran parejas de las madres de las víctimas.
El dato surge luego de que esta semana en Mendoza, Roque Arroyo mató a puñaladas a su hija Ayelén, que lo había denunciado por violencia sexual.
El registro de la ONG detectó que 30 de los femicidas se suicidaron luego de asesinar a sus hijas o hijastras, 14 de ellos tenían denuncias previas y cuatro tenían prohibiciones de acercamiento.
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A la pregunta de ¿Cómo llega un padre a matar a su hija?, Rico respondió: "Seguimos en la estructura del 'pater familia'. El varón que trata a su pareja o a su hija como si fuera su dueño y por ello pueden abusarlas o matarlas, replicando la noción del patriarca. Se trata de hombres que pretenden la dependencia tanto emocional como social y económica, y no soportan la autonomía de su pareja o sus hijas".
Otro dato que impacta es que 59 víctimas del trágico listado tenían entre 2 y 12 años; 18 eran bebes de hasta un año y 14 eran adolescentes de entre 14 y 18 años.
"En muchos de estos femicidios el asesinato de hijas se utiliza como castigo hacia la madre, violentándola desde otro lugar, no agrediéndola directamente, dirigiendo la violencia hacia quien ella más quiere", agregó la dirigente social.