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Adolfo Jury recibió un disparo en la cadera cuando fue atacado en su casa de Canning por una mujer que actuó con dos cómplices. Se llevaron dinero y objetos de valor. Sufrió fractura de fémur y debe ser operado.
Un jubilado sufrió un violento asalto en su casa de la localidad de Canning, en el que resultó baleado y ahora, está siendo revictimizado ya que todavía no se dispuso su operación por las lesiones que padeció hace cuatro días, además de trasladarlo a dos clínicas de la zona sur del Conurbano bonaerense donde no recibió la atención necesaria.
Sus familiares han denunciado que por el robo, ocurrido bajo la modalidad “entradera”, los investigadores no cuentan con pistas firmes para dar con sus autores y también que el anciano, de 82 años, ha sido “abandonado” por quienes deben darle asistencia médica e intervenirlo quirúrgicamente
El episodio de inseguridad se registró el pasado miércoles, cerca de las 19, en una vivienda de la calle Rubens al 4500 un barrio residencial de Canning, cuando el octogenario, identificado como Adolfo Jury, abrió el portón y a los pocos metros, apostada contra un árbol, una mujer lo saludó, simulando ser una vecina. De inmediato se acercó y allí sacó un arma de fuego, obligándolo a ingresar mediante amenazas de muerte. No obstante, una vez en el interior, el jubilado intentó una resistencia, forcejeó con la asaltante y en esas circunstancias, recibió un tiro en la cadera, que lo hizo caer herido de gravedad.
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Entonces, aparecieron dos cómplices, vestidos de traje pero que cubrían sus rostros con pasamontañas, quienes pese a que el dueño de casa estaba tirado en el piso y desangrándose le exigieron que entregara “toda la plata”. En la casa no había ninguna suma de dinero importante y es por ello que, luego de “revolver todo”, los delincuentes huyeron con 2.800 pesos (destinado a pagar las facturas de servicios), un teléfono celular y otros objetos de valor, sin ser vistos y aún se mantienen prófugos.
El anciano, como pudo, llamó a su hija Laura y a los pocos minutos su yerno llegó al domicilio para asistirlo, hallándolo herido por el balazo y por lo tanto, le practicaron primeros auxilios para detener la hemorragia. “Llamamos a una ambulancia, que tardó media hora en llegar, también a la Policía. Desde ese momento, todo es un calvario, ya que el asalto sigue impune y mi padre deambuló por dos sanatorios privados, pero aún espera ser trasladado al Hospital de Clínicas donde se supone que van a operarlo por la fractura de fémur que le provocó el proyectil, que tiene orificio de salida”, contaron los familiares a DIARIO POPULAR.
Los problemas con la asistencia médica del jubilado, además de desesperada espera de la ambulancia, se acentuaron “al llegar al policlínico Santamarina de Monte Grande, donde lo dejaron sobre una camilla en un pasillo, sin que nadie lo viera hasta el día siguiente. Entonces, conseguimos que lo trasladan Instituto Cardiovascular Doctor Bellizi de Temperley, pero allí también tuvimos inconvenientes, pues hay un solo un médico de guardia, que tampoco lo atendió y encima, nos dijeron que por falta de la aparatología necesaria, ahí no pueden operarlo. Por eso ahora, la gente de PAMI se comprometió a llevarlo al Hospital de Clínicas en Capital, donde lo van a intervenir de la fractura del fémur y también tienen que someterlo a una transfusión de sangre por toda la que perdió al recibir el balazo”.
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