Los inhibidores son dispositivos electrónicos que al ser activados bloquean las señales de los cierres centralizados de los vehículos, por lo cual el conductor se aleja creyendo que su rodado está cerrado, pero no es así.
La activación de estos aparatos dejan el vehículo abierto para que los delincuentes puedan acceder a su interior sin tener que romper cerraduras o puertas, y poder robar objetos de valor que encuentren en el interior.
Por esta razón, se le aconseja al conductor comprobar manualmente cuando activa la alarma si su auto efectivamente está cerrado.
Los delincuentes merodean los vehículos y en el momento en que los conductores accionan el cierre centralizado, ellos activan la frecuencia del inhibidor para bloquear señales y dejar el rodado abierto.
Con esta modalidad, la Policía de la Ciudad desbarató en los últimos días a dos bandas que operaban en los barrios de Barracas y Balvanera y detuvo a diez personas, además de incautarles los dispositivos electrónicos que utilizaban.
En esta oportunidad, los ladrones se dividían el trabajo y había un grupo destinado a "marcar" los vehículos, otros en desbloquear las alarmas y los restantes en ingresar a robar a los rodados.
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