Una manifestación de repudio al fallo judicial que le otorgó la tenencia y custodia de un menor de 8 años a su padre, a pesar de haber sido denunciado por abuso de ese mismo niño y de su hermana, tuvo lugar este lunes en los tribunales de San Isidro, con la convocatoria de vecinos y representantes de entidades de defensa de los derechos de niños, niñas y adolescentes.
"#DevuelvanALucio", fue la consigna de la convocatoria a la marcha a la sede del Juzgado de Familia número 2 de San Isidro, donde la jueza subrogante Laura Sabrina Citraro ordenó el jueves 18 de marzo retirar por la fuerza de la casa de su madre a Lucio, un niño de 8 años, pese a los desgarradores gritos de auxilio y llanto del menor.
Si bien el menor manifestó su deseo de seguir viviendo con su mamá y su hermana, no fue escuchado y el fallo le otorgó la tenencia y custodia al padre, que además de las denuncias de abuso carga con otras por amenazas de muerte contra su ex pareja (por la cual está citado a indagatoria) y por incumplimiento de los deberes de asistencia y alimentos a ambos niños.
"Acá obligan a los niños y niñas a estar con sus padres abusadores", denunciaba uno de los carteles que los manifestantes pegaron en las paredes del Juzgado, mientras que en otro se le preguntaba a la magistrada: "¿Cuánto más tiene que gritar Lucio para que lo escuchen?"
Quienes critican el fallo de Citraro, mencionaron que el jueves pasado el abuelo del menor quiso hablar con la magistrada, pero se negó a recibirlo. Tampoco quiso escuchar al letrado de la madre y del menor.
La juezaordenó a la policía de la Provincia de Buenos Aires retirar por la fuerza al niño de su casa materna y llevarlo al tribunal, en lo que que el abuelo de Lucio consideró un procedimiento que, por su violencia, hizo recordar a "los peores años de la dictadura".
"Pedí el derecho de abrazar mi nieto mientras lo sacaban -narró el abuelo-, y por respuesta, un cordón policial impidió mi último abrazo, mi despedida, ante los ojos de espanto tremendos de mi nieto", agregó, al tiempo que relató que "en forma violenta, se lo llevaron".
El abuelo del menor aseguró que "los gritos del chico (fueron) tremendos y aterradores".