Política
La elección de Raúl Alfonsín el 30 de octubre de 1983 fue lo podríamos denominar una elección de ruptura con un pasado signado por una dictadura militar sangrienta, por la violencia política, por las veleidades belicistas del régimen militar y por la exclusión de las mayorías populares.
Mayorías Populares que no sólo fueron perseguidas y
reprimidas, sino también desplazadas como consecuencia de la aplicación de una
política económica que destruyó el aparato productivo y el tejido social de
nuestra patria.
Es difícil entender el porqué de estos 30 años ininterrumpidos de ejercicio democrático sin remitirse al origen de esta etapa que se inició el 30 de octubre de 1983.
La decisión del gobierno elegido el 30 de octubre del °83 de derogar la ley de Autoamnistía, crear la CONADEP y juzgar a las cúpulas militares por tribunales civiles es la piedra basal de este largo período de estabilidad democrática. Porque fue construido sobre los pilares de la memoria, la verdad y la justicia.
Estos 30 años han estado caracterizados por avances y retrocesos que han ido de la mano de los flujos y reflujos en el seno de los movimientos populares.
En efecto, en el período 1983 1989 tanto como en el que se inició en el 2003 y aún está en curso, es donde se registra la evolución más significativa hacia más derechos individuales, humanos y sociales.
Por el contrario, durante los dos gobiernos iniciados en la década del '90, el primero el de Carlos Menem y el otro el de Fernando De la Rúa, es cuando más se retrocedió en orden a estas conquistas.
Pero todos sabemos que la democracia avanza tres pasos y, aún retrocediendo dos, siempre termina ganando uno.
Si los que pensamos parecido reconocemos en el otro los aportes que hizo al proceso democrático, avanzaremos más rápidamente hacia lo que resta hacer. Porque no estaremos neutralizándonos entre nosotros y juntaremos fuerzas para acercarnos cada día más a una sociedad libre e igualitaria.
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