Sin dudas que el momento de mayor tensión de la ceremonia de apertura del 141º período de Sesiones Ordinarias del Congreso de la Nación de este miércoles se vivió cuando el diputado del PRO Fernando Iglesias no sólo comenzó a gritarle al presidente Alberto Fernández sino que se levantó de su banca y se acercó con un gesto manifiesto de agresión.
"Es un honor, es un honor, que me insulte es un honor", atinó a decirle el mandatario nacional al legislador que no paraba de vociferar. Esto ocurrió cuando Fernández comenzó a hablar acerca de la coparticipación y el fallo de la Corte Suprema que decidió devolverle los fondos a la Ciudad de Buenos Aires que la Nación había decidido recortarle.
A partir de ese momento el discurso del presidente fue interrumpido en varias ocasiones, se hizo difícil poder escucharlo con claridad y hasta la transmisión oficial decidió bajar en un momento el volumen para que no se filtraran los gritos por el micrófono principal.
En un determinado momento, Iglesias optó por cambiar gritos por otro gesto: giró su butaca y le dio la espalda a Alberto Fernández y se dedicó a chequear su celular y escribir mensajes en sus redes sociales, mostrando su desacuerdo con las palabras del presidente.
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