Para conocer la magnitud de la crisis que enfrenta el gobierno bastaba este lunes percibir la atmósfera de incertidumbre por los pasillos de Casa Rosada sobre los cambios de gabinete: la reducción a 10 ministerios, la continuidad de funcionarios degradados a secretarios y la sorpresa por el empoderamiento a vicejefe de Gabinete -un cargo que se consideraba extinto luego de la salida de Mario Quintana y Gustavo Lopetegui- de Andrés Ibarra, que conoce a Mauricio Macri desde los tiempos de SOCMA y ahora coordinará en Jefatura de Gabinete donde, con un poder recortado, seguirá a cargo de Marcos Peña.
Los cambios y las negociaciones para “oxigenar” un gabinete desgastado por la corrida cambiaria que hizo estallar la actividad y las proyecciones de inflación de este año, se diagramaron el fin de semana en medio de arduas negociaciones en la Quinta de Olivos. La idea era conseguir volumen político para un gobierno que tendrá que intensificar el ajuste -ayer Nicolás Dujovne admitió que para llegar a déficit cero en 2019 el gobierno deberá ahorrar unos 6 mil millones de dólares- y hacer frente a un mayor conflicto social por el deterioro de las condiciones socio-económicas. Sin ir más lejos Macri adelantó en su discurso que el próximo de 27 de septiembre el INDEC informará un aumento de la pobreza.
Desde el viernes pasado la mesa chica del Ejecutivo debatió la nueva conformación del equipo de gobierno, de la que formaron parte la gobernadora María Eugenia Vidal y el alcalde Horacio Rodríguez Larreta. Elisa Carrió no quiso participar, intervino tímidamente su delegado en Casa Rosada Fernando Sánchez, y los radicales estuvieron el domingo.
Según la Casa Rosada, los dirigentes de la UCR pidieron 3 ministerios para participar del nuevo plan de gobierno para enfrentar la crisis: Interior, para Ernesto Sanz, Cancillería, para Alfonso Prat Gay y Educación, para Martín Lousteau. Los correligionarios salieron de la Quinta de Olivos para debatir y regresaron al anochecer para rechazar su propia propuesta, una actitud que en el gobierno, consideraron inentendible. Es que incluso una espada vital del Ejecutivo como Rogelio Frigerio estaba dispuesto a dar un paso al costado para que asumiera en su lugar el ex senador mendocino.
Justamente el titular de la cartera política, que negocia con la oposición un Presupuesto 2019 vital para dar una señal al mercado, salió fortalecido al conservar Obras Públicas, una dependencia que durante el fin de semana se rumoreó que podía pasar a Transporte.
Ayer fuentes gubernamentales no desmentían el entredicho entre Frigerio y Peña del último fin de semana, pero le restaron importancia por la magnitud del acalorado debate que se estaba llevando a cabo en Olivos.
También detentará mayor poder Carolina Stanley, que absorbió Salud y tendrá partidas adicionales para hacer frente a la emergencia. La cláusula social del acuerdo con el FMI, que se pensaba aplicar recién en diciembre, se pondrá en práctica en las próximas semanas con bonos que ampliarán los pagos por la AUH.
Durante el fin de semana se rumoreó la posible incorporación del economista Carlos Melconian en lugar de Dujovne. Quienes sí finalmente dejaron su puesto fueron los vicejefes de Gabinete, Mario Quintana y Gustavo Lopetegui, una versión adelantada el viernes por este diario, y aun no ha sido confirmada su permanencia en la administración en el rol de asesores.
Aunque tiene línea directa con Macri, resultó extraño en algunos despachos oficiales que Andrés Ibarra (Modernización) fuera empoderado a vicejefe de Gabinete. Es que la salida de los vicejefes también se observó como un intento de hacer más fluido el vínculo entre los ministros y el presidente. Tampoco tuvo como objetivo el ahorro fiscal: “No se busca el ahorro de recursos sino dar un gesto político”, describió otra fuente consultada. Un gabinete más “compacto” y un gesto de austeridad hacia el círculo rojo.
De hecho, en el entorno de Ibarra aún desconocen si mudará su despacho a Balcarce 50 y cuáles serán las tareas asignadas que, en principio, se vincularían con monitorear la gestión de los ministerios. También podría continuar con su programa para digitalizar el Estado y la modernización de la gestión. Habrá que estar atentos a fin de año cuando venzan contratos que el Ejecutivo ya decidió no renovar, como unos 3 mil firmados vía universidades.
Con la reducción a 10 ministerios, muchas carteras fueron transformadas en secretarías y absorbidas. Una de ellas es Medio Ambiente, conducida por el rabino Sergio Bergman, que hace tiempo sonaba para abandonar su status ministerial y ahora dependerá de Presidencia.
Al igual que Salud, también hizo ruido la transformación de Trabajo en secretaría, donde Jorge Triaca confirmó su continuidad. El organismo fue absorbido por el Ministerio de Producción al mando del también peronista Dante Sica. “Va a trabajar desde donde pueda aportar, cree que es tiempo de poner el hombro y dejar de lado personalismos. Ahora vamos a trabajar en conjunto con Producción para delinear el presupuesto”, dijo un vocero consultado.
Es que la transformación del organismo de calle Alem y la poda de recursos podría modificar su estructura: ayer renunció el secretario de Trabajo Horacio Pitrau, dado que en su lugar asumirá Triaca. Pero está abierta la negociación para crear nuevas dependencias en el organigrama, algo que seguramente se replicará en otras de las carteras que perdieron rango ministerial.