La falta de conducción de Sabina Frederic y el apoyo de Juan Manzur, el gobernador de una provincia estallada de droga.

En Argentina el delito complejo se encuentra cómodo y sin sobresaltos. Es que el ministerio de Seguridad rifado está doblemente "secuestrado". Acunado por el verso de la gestión "Cambiemista" de la droga enfriada y por la falta de conducción. Es que a Sabina Frederic el Ministerio no es que le queda grande, ni siquiera le queda.

Solvente intelectualmente y articulada en su retórica, Sabina Frederic ni siquiera sabía de la existencia de una división canina K-9 para la detección de estupefacientes. Algo tan básico como ponerle yerba al mate.

La ministro se inclina, seguramente por su formación, a temas individuales y/o a causas colectivas más vinculadas al desarrollo social que a la seguridad. Ni siquiera sabe, a ciencia cierta, en qué estadio se encuentra el crimen organizado en Argentina.

Rodeada de militantes, amateurs y algún recurso un poco más articulado, es la cabeza de uno de los peores ministerios de seguridad que tuvo el país.

El desastre es tal, que hasta dentro de la misma estructura política sostienen y reconocen el pifie. Incluso, argumentan que Sergio Berni hubiese rendido mucho más en Nación de lo que rinde en la provincia de Buenos Aires.

Sostenes de la Ministro pifie

Frederic no sólo es sostenida por el presidente Alberto Fernández, también lo es por Juan Manzur, el gobernador de Tucumán. Lo cual es lógico. Manzur tiene la provincia estallada de droga no sólo por impericias nacionales sino también por abulias locales.

La lucha contra la oferta nunca estuvo en agenda. Por eso el aumento de los puntos de venta de drogas, la confirmación de ollas de consumo y el asidero del paco y el cripy. Se suma la corrupción estructural de una Policía a la que se le escapan delincuentes de los patrulleros.

La situación es border. Al límite.

El amateutismo de Frederic en Seguridad enaltece la mediocridad de Patricia Bullrich y la gestión fantasmagórica de María Cecilia Rodríguez.

En una "competencia" por la incautación de drogas sin detenidos, Sabina le copio a Patricia la lucha viciosa y reactiva. Una lucha funcional al narcotráfico. Atractiva para fomentar el narcotráfico a la carta.

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Criminalidad internacional

Con la gestión Cambiemos, Argentina le abrió las puertas a recursos delictivos varios. Tren de Aragua, PCC y Comando Vermelho. Con la gestión del Frente de Todos, hacen sus pasos sigilosos y escalonados, recursos del Cártel de los Balcanes. Una organización cuyo epicentro se encuentra en el sur de Europa y con una lógica de funcionamiento que combina jerarquía con redes. Sumado a métodos donde el derramamiento de sangre es apenas un detalle del negocio.

El Cártel de los Balcanes testeó territorialmente a todos los países de América Latina. Incluso a los centroamericanos. Espacio continental de sumadas problemáticas en términos políticos y de gestión de maras. Exceso de actores criminales y un solo presidente contenedor de la criminalidad, Nayib Bukele en El Salvador.

En Colombia, el Cártel de los Balcanes encontró todo lo que necesitaba para la configuración de las alianzas y la satisfacción del mercado del sur europeo de donde proviene. Se trata de la desintegración de la mayoría de sus cárteles y de un aceitado sistema de redes. Con lo cual, la garantía de la mercancía tendría un menor riesgo de tráfico y desde varios circuitos podrían responder a la potencial pérdida.

Los Balcanes tienen un control casi perfecto de las vías aéreas y fluviales con móviles propios y de fachadas empresariales creadas y emergentes del lavado de activos. Los colombianos, por su parte, se encargan de la vía terrestre para llegar con el producto a las coordenadas acordadas con poca antelación.

El Coqueteo

En Argentina, la anomia y la información recogida por la criminalidad constatan tierra fértil desde la fronteras. Allí donde comienza la seguridad de un país.

Se suma la falta de inteligencia criminal que nos envuelve y con la que trafican las distintas redes que van generando, a su vez, sociedades para satisfacer una demanda narcótica creciente.

Es decir, las mafias realizan todo el trabajo de campo que no realizan los encargados de garantizar la seguridad de fronteras y la seguridad interior. Por eso no sólo es posible el coqueteo balcánico, también lo es su incursión investigativa/operativa.

Ahora bien, más allá de los golpes a sus líderes piramidales, el cártel se mantiene sólido y buscó sociedades, en primera instancia, con los tres países productores de cocaína. Bolivia, Perú y Colombia. En Colombia la relación es aceitada, constante y diversificada conforme a los intereses del negocio.

Todo está sistematizado, ya que la desconcentración jerárquica y de información de los cárteles de Medellín, el Golfo y Cali, le permitieron alianzas para el tráfico de cocaína de máxima pureza. "La mejor del mercado" aseguran algunos croatas.

El cártel también tejió conexiones en México, Ecuador y Brasil para proveer a las estructuras de pastillas sintéticas.

Las organizaciones criminales del PCC y del Comando Vermelho se transformaron, para los Balcanes, en piezas fundamentales para el testeo serbio en Argentina. Especialmente, en la zona de la hidrovía centro. Zárate/Campana. Y proximidades de San Nicolás.

Ocurre que ninguno de los corredores tiene debido monitoreo. Lo que garantiza, en un 90%, la efectividad operativa del crimen organizado. Así es que las alianzas duras en Brasil le han permitido a algunos recursos humanos cautelosos balcánicos, hacer pequeñas incursiones golondrinas en Argentina. Coquetear, sin más, con la falta de ley.

Con el paisaje sin patrullajes, ni controles.

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