Pese a las críticas de algunos dirigentes por el bajo impacto que tendrían los descuentos por el boleto multimodal entre los pasajeros que usan a diario el sistema, el Gobierno salió a defender la aplicación de la Red SUBE desde el 1º de febrero por la alta penetración que tendrá la medida entre los inscriptos de tarifa social como personal doméstico, jubilados y beneficiarios de AUH.
De acuerdo a una estimación, sólo un 26% del universo de usuarios del sistema de transporte público del AMBA combina dos o tres medios de transporte en un viaje, que serían los potenciales favorecidos por la aplicación del boleto multimodal que establece un 50% de descuento en el segundo pasaje y un 75% de quita en el tercero por un plazo de 2 horas.
Según esa aproximación, de las 15 millones de personas que cada día se movilizan en trenes, subtes o colectivos sólo el 26% hace transbordo.
Voceros remarcaron que los porcentajes de combinaciones son altos en beneficiarios de tarifa social: ‘un 45% de personas que se desempeñan en servicio doméstico, un 33% del total de beneficiarios de AUH, un 33% del total del Plan Progresar, un 31% de los jubilado y pensionados’ y esta última cifra se replica entre los otros grupos de inscriptos en programas subvencionados por el estado.
En el gobierno remarcan que al asumir había 2,1 millones de beneficiarios de tarifa social y en la actualidad llegan a los 3,8 millones. Es decir, que casi 4 de cada 10 personas acceden a este beneficio en todo el país.
El último miércoles, el ministro Guillermo Dietrich difundió un estudio sobre la relación entre los viajes más frecuentes y el nivel socioeconómico de los usuarios. Así se explicó que el 46% de las personas que transbordan usando el ferrocarril provienen de un hogar con ingresos bajos.
También se detallaron las combinaciones más frecuentes: ‘el 57% de las combinaciones son entre colectivos: 2 millones de integraciones diarias’; ‘el 27% de las combinaciones son entre colectivo y tren o al revés, un millón de integraciones diarias’; ‘el 9% de las mismas son entre subte y colectivo, 300 mil integraciones diarias; ‘el 7% son entre subte y tren o al revés, con 200 mil integraciones diarias’.
El trabajo también detalló el impacto positivo de la Red SUBE en hogares de menores ingresos: ‘en las zonas con mayor nivel de pobreza se producen viajes más largos y con mayor cantidad de combinaciones’ rezaba una leyenda junto a un mapa socioeconómico del Conurbano.
Y concluía que ‘la integración genera un ahorro de 11% en zonas con mayor porcentajes de hogares con NBI (necesidades básicas insatisfechas)’.
Lo cierto es que en el gobierno entienden que por el impacto positivo del boleto multimodal pueden aumentar los porcentajes de pasajeros que combinen medios de transporte. Dietrich repitió como un mantra durante toda la jornada el caso de un trabajador de Quilmes que al volver de su trabajo toma colectivo luego tren y al bajarse de la estación podría evitar caminar ‘15 cuadras hasta su casa’ subiéndose a otro colectivo ya que pagará por el descuento $2 de tarifa.
A partir del 1º de febrero, el usuario que combine subte, tren o colectivo va a pagar su segundo boleto con un descuento del 50%. A partir del tercer viaje y siguientes, el descuento será del 75%; es decir, pagarán los boletos al cuarto de su valor.
Estos beneficios se aplicarán de forma automática gracias a la tecnología de Nación Servicios y funcionarán en un lapso de 2 horas, contando desde que se paga el primer boleto hasta que se paga el último; es decir, 2 horas más el tiempo que lleve el último viaje.
Los descuentos se acumulan con los de la tarifa social que ya implica una quita del 55% en el valor del boleto para jubilados y pensionados, personal de trabajo doméstico, beneficiarios de la AUH, Asignación por embarazo, Progresar, Argentina Trabaja, ex combatientes de Malvinas, entre otros. Dietrich estimó en casi el 90% de ahorro en el tercer boleto para este universo.
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