Con Pablo Quino como flamante Canciller, se reforzó el alineamiento con Estados Unidos al mantener una postura en contra a la tradición diplomática argentina.
La Asamblea General de la ONU votó abrumadoramente este miércoles para condenar el histórico embargo económico de los Estados Unidos a Cuba por 33º año.
Tras la victoria electoral de La Libertad Avanza (LLA) -con el apoyo de Donald Trump- y la renuncia de Gerardo Werthein, el flamante nuevo canciller y exsecretario de Finanzas, Pablo Quirno debutó con una votación contraria a la tradiciòn de la Argentina en el marco de las Naciones Unidas (ONU). Allí, el gobierno de Javier Milei votó en línea con países como Estados Unidos e Israel.
Fue en este mismo escenario el año pasado, donde por votar a favor del levantamiento del embargo, en sintonía, con la tradición diplomática argentina, la entonces canciller Diana Mondino fue echada de su puesto y reemplazada por Werthein, entonces embajador en Washington.
La votación suavizó el aislamiento de Washington sobre un tema de larga data en el Caribe, mientras crecen nuevas fricciones en torno a su acumulación militar allí.
La votación en el organismo mundial de 193 miembros fue de 165-7 con 12 abstenciones. El año pasado, fue de 187-2 con votos de "no" de Estados Unidos e Israel y una abstención. Este año, Argentina, Ucrania y Hungría estuvieron entre los países que también se opusieron a la medida.
El ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Bruno Rodríguez, denunció que Estados Unidos montó una campaña de presión para influir en la votación.
Rodríguez afirmó que su gobierno había escuchado de otros países, principalmente en Europa, que el Departamento de Estado los estaba alentando a votar en contra de la resolución.
Antes de la votación, el embajador de Estados Unidos ante la ONU, Mike Waltz, describió el ejercicio anual como "teatro político" por parte de Cuba para "presentarse como víctima de agresión mientras se describe claramente como 'el enemigo de Estados Unidos'".
"Yo sugeriría que nuestros estados miembros dejen de apaciguar al régimen con sus votos y, en cambio, usen este voto para enviar un mensaje al mundo", indicó Waltz durante el debate de la Asamblea General el martes, añadiendo que la votación también podría enviarle el mensaje a Cuba de que no "culpe de todos sus problemas económicos a Estados Unidos".
Aunque no es legalmente vinculante, las resoluciones de la Asamblea General refleja la opinión mundial, y la votación ha dado a Cuba una oportunidad anual para enfatizar que Washington se mantiene al margen de las restricciones económicas de décadas.
"No podemos subestimar la importancia, el impacto, del poderoso mensaje año tras año de la Asamblea General, que es el órgano más democrático y representativo de la comunidad internacional", dijo Rodríguez. "No es vinculante, pero es poderoso".
Instando a los países el miércoles a respaldar nuevamente la resolución, el ministro cubano añadió que "hacerlo sería un acto de justicia a favor de un pueblo amante de la paz que enfrenta no solo el bloqueo, sino con el bloqueo, otro monstruoso huracán".
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