Tanto las familias de los estudiantes, como los directivos de las escuelas se muestran preocupados frente a la inflación. ¿Qué complicaciones afrontan en este contexto?

Demoras o deudas en el pago de las cuotas, pedidos de becas, caída en las matrículas, pases de alumnos a escuelas públicas y colegios que solicitan créditos para abonar los sueldos de los docentes. Los efectos colaterales de la inflación que atraviesa el país golpean en el ámbito educativo privado. Lo sienten las autoridades de las instituciones y las familias de los alumnos y alumnas. Ocurre en un contexto donde el Índice de Precios al Consumidor (IPC) de abril pasado trepó al 8,4 % -el más alto desde el mismo mes de 2002- y acumuló un aumento del 108,8% en el último año.

“La inflación nos está pegando muy mal", advierten desde una de las entidades que nuclean a escuelas privadas de la provincia de Buenos Aires ante la consulta de Popular. "Estamos en una situación preocupante", coinciden directivos de los colegios. "Ya no sabemos dónde recortar gastos", cuentan las familias ante las complicaciones para afrontar el pago de las cuotas. Y el escenario, al menos a corto plazo, parece no brindar señales de mejora. Las proyecciones de las consultoras indican que la inflación de mayo superaría el 9%, mientras el Gobierno implementa medidas para ponerle freno a la suba de precios.

En la Argentina hay 14.000 escuelas privadas, de las cuales casi un 70% recibe algún tipo de subvención estatal. Las consecuencias de la inflación, tal como se dijo, impactan en ese ámbito. Así lo refleja el crecimiento en el índice de morosidad del pago de cuotas.

A nivel nacional, la cifra subió un 15% respecto a mayo del año pasado, según datos oficiales. Y en suelo bonaerense, una de cada cuatro familias no está abonando, o se encuentra atrasada. "Se les hace difícil porque no sólo les aumenta el colegio, sino también el resto de las cosas", dice Martín Zurita, secretario Ejecutivo de la Asociación de Instituciones Educativas Privadas de la Provincia de Buenos Aires (Aiepba) en diálogo con Popular.

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A comienzos de año, el Gobierno y las cámaras representantes de colegios privados acordaron un incremento de precios del 16,38% en marzo, subas de hasta el 3,35% de abril a junio, y del 4% en julio. Ese convenio incluyó revisiones sobre los aumentos de costos que impliquen las mejoras salariales por las paritarias docentes. El Sindicato de Trabajadores de la Educación de Buenos Aires (Suteba) cerró semanas atrás una mejora del 43,5% -en tres cuotas- para los primeros siete meses del año. Por el desfasaje entre la paritaria y las subas de las cuotas, los colegios privados bonaerenses con subvención estatal aplicaron una suba del 6,7% en mayo.

En ese contexto, ahora piden una nueva actualización de aranceles, esta vez del 11,5%. "Tenemos un retraso de varios puntos porcentuales, tanto en comparación con el aumento otorgado a los docentes, como con relación al IPC acumulado hasta este mes. Eso comienza a comprometer la prestación de los servicios educativos", afirma Zurita. "Lo que no podemos cobrar mes a mes se traduce en que no hay posibilidades de invertir y en que muchas escuelas están pidiendo créditos para pagar los sueldos. Hay un mantenimiento fijo de los edificios en el que los precios aumentan todos los meses", agrega.

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En el país hay 14.000 escuelas privadas, de las cuales casi un 70% recibe subvención estatal.

En el país hay 14.000 escuelas privadas, de las cuales casi un 70% recibe subvención estatal.

Las cuotas de los colegios privados con subvención estatal van desde las $12.000 hasta los $60.000 en la Provincia. En aquellos sin aportes, ya sea en la Ciudad o el territorio bonaerense, el promedio se ubica entre los $60.000 y $80.000, aunque pueden llegar a los $200.000, de acuerdo con las actividades y servicios que brinden a los estudiantes.

Frente a esas cifras y el contexto inflacionario, ¿cómo es el ida y vuelta entre sus autoridades y las familias de los estudiantes? "Se nos acercan pidiendo planes de pago y becas para poder abonar las cuotas. Y en general, pasa con gente que nunca se había atrasado. También están los casos de chicos que pasan de colegios caros a otros más económicos”, comenta el secretario Ejecutivo de Aiepba. "Los sueldos de quienes tienen trabajo formal no van acompañando el ritmo de la inflación. Además, hay muchas personas que están en la informalidad y no cuentan con paritarias. Esas son las familias que vemos más perjudicadas y a las que se les hace difícil el pago de las cuotas", describe.

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Romina Gómez es madre de un adolescente de 11 años y una niña de ocho que concurren a una escuela del conurbano. Mes a mes, según afirma, siente las complicaciones que genera la inflación. "Todos los aumentos son desproporcionados en comparación con nuestros sueldos. Y el tema del colegio es muy difícil, pensando en que no podés dejar de mandar a tus hijos. Empezás a reducirte en salidas y aspectos recreativos que hacen bien al interior de la familia, y hasta te comprás menos ropa, para pagar el colegio. Y a eso se suma el estrés que uno vive para conseguir precios y poder comer. Genera mucha angustia", le cuenta a Popular.

Licenciada en Trabajo Social, Gómez se refiere a las cifras de las cuotas, sus últimos incrementos y cómo impactan en la economía familiar. "Fueron varios aumentos en el último año. El mes pasado, por ejemplo, pasamos de $30.000 a $46.000. Es muchísima la diferencia y, entonces, ya no tenemos capacidad de nada, porque no sabemos por dónde recortar gastos", asegura.

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Los efectos de la inflación derivan en diversas situaciones en el ámbito educativo. "Aún en esta fecha nos encontramos dando pases de alumnos y alumnas a escuelas públicas, algo muy poco visto en los últimos años", señala Paola Blufstein, representante legal del Instituto Marcelo Torcuato de Alvear, ubicado en la zona oeste del conurbano. "Estamos en un barrio donde la mayoría de las familias son laburantes y ahí el panorama se complicó mucho con el nivel de inflación que tiene el país. Crecieron los pedidos de becas o medias becas", agrega.

¿Cómo seguirá la situación del ámbito educativo en este contexto inflacionario? La respuesta de Blufstein suena contundente: "Hoy en día la prioridad no es la educación, y es ahí donde todo se complica mucho más".

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