El centro de la Provincia fue el lugar elegido. Florencio Randazzo se alejó del Conurbano y se metió en lo profundo de Buenos Aires.
En Bolívar, a más de 400 kilómetros de Capital Federal, el ex ministro de Transporte lanzó su candidatura y un ambicioso deseo de ser gobierno en 2019.
Juegos de luces, banderas de ‘Randazzo 2017’, cumbia noventosa y gente bailando. La previa del discurso estuvo marcado entre la fiesta, las dudas y las expectativas por el nuevo espacio. Así lo vislumbraban los militantes que, por momentos, quedaban perdidos entre las canciones. “A bancar, a bancar el proyecto nacional”, se llegó a escuchar. Alejados de la actualidad que rodea el contexto político, los mismos seguidores taparon la icónica música de años atrás por la marcha peronista y con el clásico “somos de la gloriosa juventud”.
Más allá de estas divisiones entre las canciones, las consignas y los gritos, en ningún momento desde las tribunas se criticó al espacio de Cristina Kirchner, sino que se la obvió. El Gobierno nacional no corrió la misma suerte y fue el principal apuntado por cada uno de los militantes.
Había colores que sobresalían entre las, aproximadamente, 1500 personas que se acercaron al estadio. Las banderas azul violáceas del Movimiento Evita, algunas rojas y negras de la Juventud Peronista y muchas amarillas de la UOM de La Matanza. Tímidamente también aparecían algunas del novedoso Cumplir.
El escenario fue el de moda, con la figura del interlocutor en el centro, con la mirada alta y disponible para los cuatro costados, como en los actos de Cambiemos, como lo hizo la propia Cristina Kirchner en Sarandí. Con esa puesta en escena, el ex Ministro del Interior y Transporte tomó el escenario como si fuese un rockstar. Salió ‘a la cancha’ entre gritos, luces, músicas e imágenes de trenes en la pantalla que transformaron el coqueto estadio República de Venezuela en un boliche.
Sin la liturgia peronista de antaño, el candidato a senador por la provincia de Buenos Aires habló después de Florencia Casamiquela. En sus palabras mostró claras sus intenciones: pararse en la vereda de enfrente al Gobierno Nacional y diferenciarse, una vez más, del frente de Cristina Kirchner.