
Los hechos se repiten con violencia extrema, prácticamente en todas las zonas y en horarios diversos. Nuevas modalidades de "marcadores" a pie y crecen los robos en semáforos. Más datos.
En el último tramo del año, la modalidad "motochorro" volvió a instalarse con fuerza en la agenda de seguridad y se consolidó como uno de los delitos más temidos en la vía pública. Ataques rápidos, violentos y sorpresivos, protagonizados por delincuentes que se desplazan en motocicletas y actúan armados, forman parte de una mecánica que se repite a diario con 95 hechos al día en el AMBA y que genera alarma constante entre vecinos, comerciantes y autoridades.
Según datos oficiales de fiscalías del Área Metropolitana de Buenos Aires y las ciudades del interior bonaerense, en diciembre ingresaron un promedio de 95 causas diarias vinculadas a robos bajo la modalidad motochorro.
En ese contexto, un joven de 18 años fue detenido en Mar del Plata acusado de haber cometido al menos siete asaltos armados en apenas una semana, todos bajo esta modalidad. Los ataques ocurrieron en distintos barrios de la zona norte de la ciudad y formaron parte de un raid delictivo que se extendió entre el 11 y el 18 de diciembre, generando preocupación entre los vecinos por el nivel de violencia empleado. El sospechoso fue identificado a partir de cámaras de seguridad públicas y privadas que lo registraron en plena acción. Con ese material probatorio, la Justicia ordenó un allanamiento en su vivienda, donde fue aprehendido y se secuestraron teléfonos celulares, prendas de vestir y otros objetos de valor sustraídos a las víctimas durante los arrebatos callejeros.
Para los investigadores, se trata de un "motochorro serial" que no actuaba solo y que contaba con apoyo logístico.
Durante el procedimiento, realizado en una vivienda del barrio Las Dalias, se incautó una moto Bajaj Dominar utilizada en la seguidilla de robos. En la mayoría de los casos, el delincuente interceptaba a hombres y mujeres en la vía pública, los amenazaba con un arma de fuego y les robaba dinero, celulares, mochilas, zapatillas y otras pertenencias personales.
Casos similares se repitieron en los últimos días en distintos puntos del AMBA y refuerzan la preocupación por el avance sostenido de esta modalidad. En La Matanza, dos motochorros armados balearon a un joven para robarle el celular. En Lanús, una mujer fue arrastrada varios metros al resistirse al robo de su cartera. En Moreno, una pareja fue asaltada frente a su hijo cuando llegaba a su vivienda, mientras que en Quilmes un repartidor fue atacado en pleno mediodía.
A estos hechos se suman variantes cada vez más frecuentes, como bandas que operan con un "marcador" a pie que señala a la víctima, robos en semáforos con escape a contramano, ataques en inmediaciones de escuelas y estaciones de tren, y asaltos cometidos por grupos mixtos de adultos y menores. Con decenas de causas que ingresan a diario en fiscalías, la modalidad motochorro dejó de ser un delito ocasional para convertirse en una amenaza cotidiana que se adapta, muta y se expande sin distinguir barrios ni horarios.