Tras ingresar en la Capilla San Pablo Apóstol del barrio Santa Rosa forzando una reja, destrozaron el sagrario, tiraron las hostias y se llevaron una garrafa.
En un acto despiadado, delincuentes ingresaron a una capilla en Florencio Varela durante la madrugada, destrozaron el sagrario, tiraron las hostias y se fueron con una garrafa, dejando preocupación y angustia en toda la comunidad por este hecho que deja una pérdida material pequeña pero arreglos grandes tanto en las rejas delanteras como en objetos de valor simbólico que quedaron inutilizables.
Se trata de un hecho lamentable que preocupa a los feligreses y a los vecinos del barrio Santa Rosa, ya que los responsables actuaron con total impunidad en un punto central de la zona y, aprovechando la oscuridad de las primeras horas del día, dañaron las instalaciones, que tuvieron que ser reparadas rápidamente para evitar futuros sucesos similares. No es la primera vez que ocurre en el distrito y hace poco más de un año un atraco parecido también fue noticia.
Todo comenzó en la Capilla San Pablo Apóstol, ubicada en la intersección de las calles Bruselas y Polonia, en Florencio Varela. Durante la madrugada del martes, un grupo de delincuentes forzaron la reja delantera con una barreta o un criquet y lograron formar un agujero por el cual podía pasar una persona al menos. No saben con precisión cuántos ladrones fueron, ya que el lugar no tiene cámaras de vigilancia.
Lo cierto es que se metieron en el interior y empezaron a revolver todos los cajones, a revolear los objetos y tirarlos contra el suelo. Terminaron el hurto y vandalismo cuando encontraron una garrafa de 10 kilos, la cual optaron por llevarse. Pero lo que más indignó a la comunidad religiosa en su totalidad fue que destrozaron el sagrario, que es el lugar en el cual se guardan las hostias. Además, tiraron todo su contenido por el piso.
Lo mismo hicieron con cajas, con cartas, con estampitas, entre otras cosas. Es por ello que los encargados de la parte legal de la Diócesis de Quilmes tomaron la decisión de denunciar lo ocurrido ante la Comisaría Primera varelense para poder dar con el paradero de los responsables, recuperar lo sustraído y demostrar que estos casos no quedan impunes ante los ojos de la Justicia, a pesar de que no hubo violencia ni heridos.
Un año atrás, en una capilla de la localidad de Zeballos, delincuentes ingresaron y se llevaron equipos de sonido, instrumentos, el cáliz y otros elementos de muchísimo valor simbólico que son utilizados durante las celebraciones de las misas. En esta oportunidad ocurrida en el barrio Santa Rosa, no saben si los ladrones escucharon algún ruido que los asustó ya que no recorrieron todo el espacio y se marcharon.
comentar