La varelense, junto a sus compañeras de la Selección Argentina, logró sumar una medalla más para la delegación albiceleste en los Juegos Olímpicos.

La Selección Argentina de hockey femenino, fiel a su costumbre, se subió al podio en los Juegos Olímpicos de París, en esta ocasión para calzarse la medalla de bronce, y así suma seis premios en las últimas siete citas ecuménicas, siendo un antes y un después aquel nacimiento de las Leonas en 2000, en Sidney.

Y quien disfruta del momento es la varelense María José Granatto, que festeja por segunda ocasión, ya que en Tokio 2020 había salido segunda junto a sus compañeras para llevarse la plata, en lo que fue su segunda oportunidad en ese tipo de acontecimientos, ya que el debut se dio en 2016, en Río de Janeiro, cuando se evidenció la única ocasión sin alegrías al quedar eliminadas en cuartos de final.

"Estoy orgullosa de haber dejado a la Selección donde debía estar, en un podio olímpico", sentenció la exponente de la región tras lograr el cometido, que se certificó de forma agónica, al despachar mediante los penales australianos a Bélgica, después de empatar 2 a 2 en tiempo regular.

"La realidad es que tenemos un equipo con mucha armonía y unión, y eso se construyó en el proceso, con mucho trabajo a lo largo del tiempo", indicó la baluarte que representa a Santa Bárbara de La Plata y que, con la camiseta albiceleste, resalta todo lo que muestra semana a semana en el Metropolitano de Buenos Aires.

Y cerró su declaración así, elocuente: "Terminar un juego olímpico con una medalla colgada es algo hermoso".

Para ella y sus colegas, al mando del entrenador Fernando Ferrara, para conseguir el bronce hubo que sufrir bastante, ya que el trámite con las europeas en el terreno tuvo un ida y vuelta complejo.

Es que el adversario abrió la cuenta de forma tempranera gracias a Emma Puvrez, con una definición estelar. Sin embargo, las sudamericanas levantaron la puntería y en un puñado de minutos en el segundo cuarto lograron dar vuelta la historia con los gritos de Agustina Gorzelany y Agustina Albertarrio. Pero las belgas reaccionaron rápido y empardaron al instante por Alix Gerniers.

Y si bien hubo chances para ganar, faltó efectividad y todo decantó en los shoot-out, con una notable actuación, como en cuartos de final, de Cristina Cosentino, la arquera. Es que aportó tres tapadas que, sumado a los goles propios, posibilitó un 3 a 2 que hizo delirar a los hinchas en la cancha y todo el país a kilómetros de distancia.

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