La novia de la víctima denunció en la Comisaría Quinta de La Cañada que hacía una semana desconocía su paradero. A la misma seccional acudió la hermana del asesino, y contó que le había confesado el crimen.

El cuerpo de un hombre de 33 años que había sido reportado como desaparecido en Quilmes Oeste fue encontrado en el arroyo Las Piedras, mientras que por el hecho detuvieron a su mejor amigo, con quien convivía y que le confesó el crimen a su hermana, en tanto que las autoridades hicieron el relevo de las filmaciones de vigilancia y dieron cuenta que el agresor lo trasladó dentro de un carro, envuelto en frazadas y una lona previo a tirarlo al agua.

Se trata de un caso macabro en el cual medió la violencia por parte de un siniestro asesino y la angustia de los allegados a la víctima, quienes mostraron su preocupación cuando no lo encontraban por ningún lado. Lamentablemente, el final de la historia fue el peor que pudiesen haber imaginado, debido a que terminó siendo un brutal homicidio y un intento por hacerlo pasar como una desaparición común y corriente.

Todo comenzó el sábado por la noche, cuando la novia del asesinado se dirigió hasta la Comisaría Quinta de La Cañada para hacer la denuncia policial. Les explicó a los agentes que hacía casi una semana que no veía a su pareja, no le contestaba los mensajes y tampoco estaba en su domicilio, situado en la intersección de la calle 393 y Tucumán. Por dicho motivo se preocupó y decidió acudir a la Justicia, ya que sospechaba que algo andaba muy mal.

En sintonía, una mujer se acercó a la misma seccional para confiarle a los uniformados que su hermano le había confesado el crimen. Además, le dio detalles de lo que hizo y le confirmó que el sujeto que estaban buscando yacía sin vida en el arroyo Las Piedras y que él lo había descartado ahí.

Ambos vivían bajo el mismo techo y eran amigos muy unidos. Sin embargo, mantuvieron una discusión de la cual no trascendieron los motivos y tomó la decisión de matarlo. Tras eso, lo envolvió en varias frazadas, lo cubrió con cal y lo metió dentro de una bolsa de arpillera. Para trasladarlo y arrojarlo al agua, lo puso en un carro y lo llevó por la calle como si nada. Finalmente, el cadáver apareció en el cruce del arroyo con Rodolfo López.

Los investigadores relevaron las cámaras de vigilancia de la cuadra en la cual residía y vieron que la víctima había entrado a su domicilio pero no había salido en ningún momento. Para colmo, cuando allanaron el lugar, encontraron sus muletas tiradas en el patio, escondidas en medio de los pastizales. Es por ello que detuvieron al agresor y la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) número 2 de Quilmes, a cargo del fiscal Leonardo Sarra, calificó el caso como “Homicidio”.

Para extraer el cuerpo del agua precisaron de la asistencia de los Bomberos Voluntarios locales, quienes en conjunto con otras divisiones de la fuerza montaron un operativo de extracción ante la atenta mirada conmocionada de la totalidad del barrio.

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