El Albirrojo venció a la Crema en la cancha de Sarmiento por 2 a 1 y festeja la continuidad en la Primera Nacional al despachar el repechaje.
Talleres de Remedios de Escalada respira aliviado. Ganó 2 a 1 de forma agónica a Atlético Rafaela y selló la permanencia en la Primera Nacional, algo que disfrutan tanto los hinchas que se dieron cita en Junín, en plena cancha de Sarmiento, como los que lo observaron por televisión en la región, sufriendo y festejando en mismas dosis.
El gol de Franco Pulicastro en la prórroga confirma la permanencia y completa un año repleto de sensaciones ambivalentes para el Albirrojo, ahora bajo la órbita de Mario Gómez y antes, con una campaña superlativa en Copa Argentina, con la batuta de Martín Rolón.
¿Qué ocurrió en el duelo? El primer tiempo se caracterizó por la lucha en el mediocampo, el escaso espacio para ataque y la pierna fuerte, habituales de un duelo en el que se pone en juego la permanencia en la categoría.
Así fue como se evidenciaron pocas ocasiones para romper la paridad y recién hubo que esperar al complemento para que se selle un desnivel. Fue con la firma del experimentado Fernando Duré, con un cabezazo que alcanzó a desviar el balón para que no tenga respuestas el arquero Emanuel Bilbao y se certifique el 1 a 0.
Desde allí, el Albirrojo supo administrar los tiempos, entendió cómo jugar con solidez y anuló la mayoría de las maniobras del rival, que, para colmo, se vio absorbido por los nervios a medida que avanzaba el reloj.
Por lo pronto, los conducidos por Mario Gómez no debían bajar su nivel, porque la presión de los santafesinos iba en aumento. Y entonces las opciones del adversario se fueron acumulando, derivando en convertir a Damián Tello en figura, con un par de intervenciones trascendentales para mantener la diferencia.
Por lo pronto, cuando restaban 15 minutos todo viró. La calma que poseía el Tallarín se trastocó con un golazo de la Crema. Fue gracias a un remate certero de Matías Pardo, que dejó sin chances de frenar el balón al portero.
Esa paridad hizo envalentonar al adversario y ensombreció el rendimiento de un club de la zona que sentía que tenía el triunfo en el bolsillo y se le escapa la ocasión de oro.
Así terminó el partido, obligando al trámite a extenderse en una prórroga donde la ansiedad estaba a la orden del día.
Sin embargo, hubo un alegría total en la primera oportunidad clara de Talleres, que hizo delirar a su gente con un tanto de Franco Pulicastro, que volvió a poner en ventaja a la entidad de la zona.
Pero había que transitar una media hora intensa, difícil, compleja, para llegar a la meta. Y en ese lapso el contrincante presionó, buscó, intentó y generó peligro, y el Tallarín aguantó los mazazos y festejó.
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