Quilmeño
La derrota por 1 a 0 ante Real Pilar provocó frustración y enojo. Fue el cuarto encuentro sin sumar tres puntos, alejándose cada vez más de los puestos de protagonismo.
El presente de Argentino de Quilmes preocupa y mucho. El equipo dirigido por Cristian Grabinski volvió a dejar puntos en el camino y esta vez fue con derrota: 1 a 0 ante Real Pilar, como visitante, en una tarde cargada de frustración y enojo. Con este resultado, el Mate acumula cuatro partidos sin conocer la victoria y se aleja cada vez más de los puestos de protagonismo en la tabla, por lo que el inicio de la semana de trabajos no muestra la mayores de las alegrías.
La bronca se trasladó desde el campo de juego a las tribunas. En el final del partido se evidenciaron gestos de fastidio entre hinchas y jugadores, reflejo del mal momento que atraviesa el conjunto de la Barranca. Si bien todavía resta mucho por disputar, el margen de error se achica y la necesidad de ganar se vuelve urgente.
Este lunes por la mañana, el plantel regresó a los entrenamientos con la mirada puesta en lo que será un duelo clave: el próximo fin de semana, Argentino recibirá a Villa San Carlos. El objetivo es claro: cortar la mala racha y recuperar confianza.
Para ese compromiso, Grabinski deberá hacer retoques obligados en la defensa, ya que no podrá contar con Gerónimo Velozo ni con Santiago Castaño, ambos expulsados frente a Real Pilar. La reestructuración del fondo será un desafío para el entrenador, que necesita encontrar soluciones urgentes para revertir la imagen.
En un campeonato parejo, cada punto cuenta, y en Argentino lo saben. La seguidilla negativa caló hondo en lo anímico, pero puertas adentro la consigna es clara: enfocarse, reponerse y volver a ser un equipo competitivo. El duelo ante Villa San Carlos aparece como una oportunidad para dar el primer paso.
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