El Tribunal Oral en lo Criminal 2 de Quilmes consideró a Avelino Espinoza culpable de matar a golpes y asfixiarla a Cintia Pérez. El femicida intentó hacer pasar el hecho como un suicidio. Tenían un hijo en común.

En un fallo ejemplar, un hombre fue condenado a reclusión perpetua luego de que los magistrados de los Tribunales de Quilmes lo hayan encontrado culpable de haber asesinado a su esposa en el hogar de ambos en Florencio Varela, en tanto que quiso hacerle creer a las autoridades que ella se había suicidado y hasta escribió una carta de despedida, mientras que todo ocurrió delante del hijo que ambos tenían en común.

Se trata de un aberrante caso del cual ya pasaron casi cuatro años. Sin embargo, a pesar de que el tiempo transcurrió, las heridas no cerraron y fue necesaria la sentencia para llevarle tranquilidad a la familia y, sobre todo, al pequeño que quedó al cuidado de sus tíos. Lo cierto es que la violencia empleada en aquel entonces fue muy grande y el caso tuvo algunos giros, aunque por suerte lo esclarecieron y quien llevó adelante el brutal acto pasará el resto de sus días detrás de las rejas en una unidad penitenciaria.

Lo confirmaron los magistrados del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) N°2, Natalia González Aguirre, Fabio Stremel y Santiago Zurzolo Suárez, quienes encontraron culpable a Avelino Espinoza por el delito de “homicidio agravado por haber sido cometido contra una persona con la que se ha mantenido una relación de pareja y por haber mediado violencia de género”. La víctima, Cintia Pérez, tenía 35 años al momento de su fallecimiento y fue atacada en la madrugada del 5 de noviembre de 2020, en plena pandemia de coronavirus.

Según lo que testificó el agresor, él se había ido a trabajar a las 4 de la mañana y, en el domicilio de Villa Angélica en el cual vivían, en la calle Carlos Gardel entre 158 y José Roque Pérez, había quedado la víctima con el hijo que tenían en común, que tenía 11 en aquel entonces. A las horas, el pequeño encontró a su madre tendida en la cama con espuma en su boca y avisó a los familiares para que le den un auxilio y llamen a un médico. Lamentablemente, no tenía signos vitales.

Al retornar, el sujeto llamó al 911 y denunció que ella se había suicidado y que había dejado una nota para despedirse de sus seres queridos. Sin embargo, rápidamente los peritos lo desestimaron y la autopsia confirmó que había sido un terrible crimen.

Espinoza la atacó a golpes y la asfixió. Pérez tenía manchas de sangre, hematomas y había convulsionado. Además, no coincidía lo relatado por el femicida con el testimonio que brindó a las autoridades. Es por ello que decidieron ponerle las esposas y aprehenderlo hasta que, finalmente, se hizo efectiva su pena.

“Hoy lo que pedimos es justicia para mi hermana y para que nuestro sobrino viva en paz. No queremos que haya más Cintias y tampoco niños como nuestro sobrino que tiene que enfrentar la vida si su madre”, había dicho Flavia, hermana de la víctima en las horas previas al juicio.

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