Quienes viven en el barrio San Rudecindo están expuestos a los efectos nocivos de la basura y de los líquidos contaminantes que se vuelcan en el curso de agua. Reclaman la intervención del Municipio.

Sarpullido, problemas en la respiración, ardor en los ojos son tan sólo algunos síntomas que tienen los habitantes del barrio San Rudecindo de Florencio Varela que viven a orillas del arroyo Las Conchitas.

Las causas que provocan estos trastornos son la presencia de basura, en la cual se puede encontrar de todo, y la fuerte contaminación del curso de agua.

Uno de los puntos donde la salud de los vecinos corre peligro es la intersección de Ruiz Díaz de Guzmán y el arroyo Las Conchitas.

En diálogo con El Quilmeño, Emilio Miranda, quien vive junto a su familia hace 15 años en el lugar, mostró su preocupación y exigió a las autoridades municipales que “hagan todas las gestiones para que saquen todo este foco de contaminación e impidan a las curtiembres de la zona arrojar el líquido contaminante”.

Consecuencias negativas

Lo más grave de todo esto son las consecuencias sobre la salud de los vecinos. Lamentablemente, le ha traído varios problemas a la familia de Emilio. “Mis hijos de 8 meses, 1, 9, 12 y 15 años sufrieron sarpullido y reacciones alérgica en la piel producto de la contaminación, declaró.

Posteriormente, señaló que “también han tenido problema respiratorios porque el olor, tanto a basura como al líquido que arrojan son más fuertes”.

También, lamentó la falta de respuesta sanitaria por parte de las autoridades tras mencionar que “ningún agente sanitario del distrito viene a realizar controles a los chicos. Me tengo que movilizar hasta una salita de otro barrio ya que acá no hay. La que estaba la cerraron”.

Con respecto al gigantesco basural que existe en las inmediaciones del arroyo, Emilio comentó que se puede encontrar de todo. “Entre los desechos podés encontrar animales muertos, como perros, gatos y hasta caballos, pañales, restos de comida y hasta autopartes y vehículos abandonados”, enumeró.

En relación al último punto, mencionó que son traídos por “los ladrones que roban autos en otras partes de la región y se encargan de desarmar y quemar a las orillas del arroyo”.

“Podés ver partes de coches por todos lados, las chapas se están oxidando y contaminan el suelo y todo lo que lo rodea”, alertó el frentista.

Asimismo, mencionó que dos curtiembres arrojan líquidos para procesar los cueros en el arroyo: “Te puedo decir que lo ví con mis propios ojos, acá los domingos a la noche tiran todo estos desechos. A partir de esto, el agua amanece con color, se pone más oscura”.

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