El prelado habló de un "sueño colectivo" que apunta a trabajar para los más humildes y señaló que la gente tiene "problemas para llegar a fin de mes" porque "es evidente que las cosas no están yendo bien".

A días de ser ordenado como obispo auxiliar de la diócesis Quilmes, el padre Marcelo “Maxi” Margni expresó que su sueño es “colectivo” y apunta a “seguir trabajando en un Iglesia en favor de los humildes”, al tiempo que consideró que la situación social “es preocupante” a raíz del “crecimiento del narcotráfico” y, también, por las dificultades que tiene la gente para llegar a fin de mes.

Ante una gran multitud de fieles y representantes de la comunidad cristiana, el viernes pasado el sacerdote fue consagrado epíscopo y asumió con apenas 46 años. Luego de esa “experiencia eclesial por demás emotiva”, como él mismo la describió, el flamante obispo auxiliar aceptó brindar una entrevista a El Quilmeño para hablar de sus deseos e inquietudes a partir de esta nueva etapa.

Me preocupa mucho la situación social. Basta con ver lo que pasa a nuestro alrededor. La gente tiene problemas para pagar los servicios o poder ir a hacer las compras al supermercado. No hay que ser muy lúcido para darse cuenta que algo está impactando mal en la sociedad y eso no lo podemos callar. Las cosas no están yendo bien”, opinó.

Asimismo, el prelado no dudó en afirmar que “uno de los principales problemas es el narcotráfico”. “Salimos al encuentro de este tema porque hay mucho jóvenes afectados por este flagelo. Las familias de esos jóvenes también terminan destruidas”, aseguró y, en el mismo sentido, agregó: “Tenemos una mirada interdisciplinaria sobre este tema y trabajamos con muchos proyectos, pero nos cuesta encontrar la punta del ovillo para saber qué hacer. Falta acompañamiento por parte del Estado”.

Admiración por Francisco

A diferencia de lo que podría creerse, el padre Maxi nunca tuvo relación con el Papa Francisco. “Lo vi una sola vez en Roma y yo le quería dar un libro sobre Novak. Hablamos muy poco y me sorprendió su simpatía porteña. No he tenido relación con él. Sin embargo, conozco todo sobre su trabajo. Nos sorprende cada día con su labor y sus opiniones. Estamos orgullosos y lo apoyamos en todo”, afirmó con entusiasmo.

Asimismo, el padre Maxi habló sobre su rol y su trabajo al lado del obispo titular, Carlos Tissera. “Vamos a trabajar durante un año juntos y él (Tissera) me va a delegar lo que considere que yo tengo que auxiliar. Todavía no tenemos claro el reparto de funciones”, explicó. Por último, señaló: “La diócesis tiene en su ADN una actividad pastoral definida que nos obliga a involucrarnos en la realidad de la gente. Hoy en día la realidad está marcada por la pobreza, las desigualdades y la injusticia.

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