Recientemente se celebró el Día Mundial del Lavado de manos. Si bien podría parecer una banalidad, sirve para reforzar a través de distintas actividades la importancia del mismo y mejorar las prácticas de higiene. La organización del Día Mundial del Lavado de Manos corresponde a una iniciativa de Global Public - Private Partnership for Handwashing (PPPHW), siendo participes del programa: Organismos Gubernamentales, Instituciones Internacionales (Unicef, OPS, OMS), Organizaciones Civiles, ONG, compañías privadas e individuos. Este día, a través de distintas actividades, se refuerza el llamado de extender mejores prácticas de higiene en todo el mundo. Distintas empresas se suma una vez más a la cruzada mundial para concientizar acerca de la importancia y los beneficios de lavarse las manos con agua y jabón en los momentos clave del día para mantenerse saludables.
El desafío consiste en que el lavado de manos con jabón pase de ser una buena idea abstracta a un comportamiento natural en los hogares, escuelas y comunidades de todo el mundo. Enraizar esta práctica salva vidas y termina siendo la intervención de salud más costo efectiva.
El Dr. Luciano Guido Vizcay, miembro de Red de Pediatras "Niños Sanos, Niños Felices", nos hace tomar conciencia de que "las manos están en contacto con innumerable cantidad de objetos y personas, que conlleva también a adquirir gérmenes que pueden ser perjudiciales para la salud.
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Cuando una persona no se lava las manos adecuadamente con jabón, puede transmitir bacterias, virus y parásitos ya sea por contacto directo (tocando a otra persona) o indirectamente (tocando superficies y objetos). Los variados agentes infecciosos que pueden producir enfermedades como diarrea o respiratorias, pueden evitarse a través de algo tan simple y económico como lavarse las manos con jabón en los momentos claves, de una manera adecuada, ayudando a la prevención de muchas enfermedades".
La Lic. Maritchu Seitún, socióloga especialista en niños y orientación a padres explicó: "Hace años vienen haciéndose públicos los enormes beneficios para la salud que trae el lavarnos las manos con jabón. Pese a eso nos cuesta instalar ese saludable hábito en nuestros niños. Lo que diferencia una rutina de un ritual es que el ritual tiene un sentido. El hecho de que las cosas tengan sentido nos ayuda mucho a hacerlas y también a promoverlas", afirma la licenciada Seitún.
Los padres son parte esencial en la transmisión de ese mensaje y en la formación del propio juicio de los niños. Crear rutinas "con sentido" ayuda a desarrollar hábitos y actitudes que formarán luego su personalidad. Deben funcionar como ejemplo, elogiarlos cuando lo cumplen, ser constantes, no comparar, recompensar, felicitar y estimular, motivar a hacerlo de manera divertida. Hay que empezar a hacerlo delante de nuestros niños, ya que ellos incorporan más lo que nos ven hacer (80 a 90%) que lo que les decimos (10 a 20%).