Brenda Herrera, una joven de 27 años del barrio Independencia de González Catán, luchó durante meses, pero llegó el final que no esperaban sus seres queridos: falleció el sábado a las 4.30 de la madrugada en el Hospital Italiano de Capital Federal, donde estaba internada tras haber recibido el 30 de abril un trasplante bipulmonar.
Su mamá, Glayds Mariano, decidió transformar el dolor que siente en una labor valiosa para todos. En diálogo con este medio adelantó: “Voy a seguir con la página en Facebook Todos por Brenda, concientizando sobre que donar órganos es dar vida, y sobre la Hipertensión Pulmonar Idiopática, la enfermedad que sufría Brenda y que pocos conocen”.
La joven, que el 26 de abril cumplió 27 años, recibió hace 7 años el diagnóstico de la patología que sufría, y que afectaba su calidad de vida: le faltaba el aire y se fatigaba cuando tenía que realizar cualquier esfuerzo físico. Su estado se fue agravando y la única alternativa fue un trasplante.
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Tras una espera de 3 meses, fue operada el 30 de abril. “El 3 de mayo la despertaron, pero luego comenzó a perder sangre y estuvo 10 días en coma”, señaló su mamá. Lo superó, afrontó tres neumonías, de las que se recuperó y en terapia intermedia comía, escuchaba música, usaba su celular.
Diez días atrás, su salud desmejoró, se le indujo un coma, y el viernes pasado por la mañana los médicos le comunicaron a la familia que su estado era irreversible. Falleció el sábado a las 4.30 de la madrugada. Fue velada en la Casa Alvarez y sepultada en el Jardín del Oeste, de González Catán.
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