La propuesta de instalar un crematorio en la necrópolis de Avellaneda fue lanzada hace 2 meses por el municipio mediante un llamado a licitación oficial por decreto, pero enseguida, ante la falta de precisiones y de estudio de impacto ambiental, los rechazos no se hicieron esperar ante la contaminación y enfermedades terminales que podría provocar el sistema, no detallado por la comuna. Las planillas para firmar en contra aún no se presentaron, mientras las dudas de los vecinos son muchas.
De la licitación por casi 7.200.000 pesos nada más se supo, hubo un pedido de informes en el Concejo Deliberante nunca contestado, al tiempo que los cientos de firmas conseguidas en la zona y en una sociedad de fomento de Villa Avellaneda, no se presentaron frente a la quita de la cartelería por parte del municipio y el supuesto “parate” de una obra que, en realidad no comenzó, al menos, donde estaba prevista al principio.
En ese sentido, una fuente de la necrópolis precisó que se iba a edificar cerca de la plazoleta de ingreso, pero que “se paró todo por las quejas, sacaron los carteles. Las planillas con firmas están listas, se debe decidir si se presentan ahora que algo cambió la situación”.
Mientras en muchos comercios de la zona se exhibe un cartel contra el crematorio, otra versión barrial dijo que “el crematorio lo están haciendo a escondidas en el fondo, dijeron unos obreros el otro día. No nos extraña, sacaron los carteles pero todo el mundo duda, además del otro lado hay viviendas también”.
Estado de situación
Nadie fue notificado del sector donde se construirá el crematorio, sólo fueron informaciones extraoficiales, desde la comuna, como siempre: silencio.
Como si fuera poco, el camposanto continúa sin el mantenimiento debido -salvo sus veredas- y con fuertes olores, y todo un pabellón clausurado por las inundaciones desde hace varios meses.
En cuanto al caso, el edil macrista Maximiliano Gallucci, recordó que “se hizo un pedido de informe sobre el crematorio por esa licitación, lo acompañamos con estudios de análisis a nivel general sobre contaminación y peligros para la salud. Fue con estudios nacionales e internacionales de los efectos de esa clase de incineración. Preguntamos cómo iba a funcionar, si iban a concesionarlo, sin ninguna respuesta”.