En San Lorenzo están satisfechos con la ventaja obtenida en el partido de ida, en el Nuevo Gasómetro, ante Lanús (2-0), pero no confiados. Los cuervos saben que aún quedan noventa minutos por delante para definir cual de los dos equipos clasificará a las semifinales de la Copa Libertadores y no desean recibir sorpresas. Por ese motivo, “tenemos que jugar el partido del jueves como si fuera una final”, señaló Ezequiel Cerutti.
Más adelante, el Pocho remarcó que “la idea es hacer lo mismo que el otro día, en el partido de ida. Jugar con la misma intensidad. Sabemos que no podemos bajar el ritmo porque ellos son un buen equipo y la serie todavía está abierta”.
El sobreviviente del enfrentamiento entre santos y granates se verá las caras en la antesala de la final con River o Jorge Wilstermann, emparejamiento que se definirá el mismo día pero una hora antes.
En ese aspecto, el delantero devenido volante no quiso saber nada con elegir rival y aseguró que “la cabeza la tenemos puesta en el partido con Lanús, después veremos lo que sucede”.
Al tiempo que agregó que la clave de San Lorenzo para sacar un buen resultado en el desquite a jugarse en la Fortaleza pasará por “mantener la identidad. Vamos a afrontar un partido difícil. Así que, no podemos relajarnos. Estamos muy metidos”.
A su vez, Cerutti aventuró que “Lanús saldrá a buscar el partido” y que para contrarrestar eso “será vital que sostengamos la concentración, que fue muy importante en la ida”. Luego remarcó que “si tenemos la oportunidad de hacer un gol, nos va a ayudar muchísimo”.
En cuanto a como puede darse el partido, el juninense sostuvo que “Lanús, en algún momento, puede verse obligado a adelantarse y dejar espacios en el fondo. Ahí tenemos que estar atentos para salir de contra y tratar de aprovechar eso”.
San Lorenzo visitará al granate sabiendo que el empate lo clasifica y que para quedar eliminado, además su rival deberá revertir la diferencia de gol. Igualmente, en Boedo no dan nada por terminado. Al contrario, se preparan para jugar una verdadera final. “Porque lo que viene después, puede ser hermoso”, se ilusionó Ezequiel Cerutti.
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