Las autoridades del penal de Ituzaingó fueron pasadas a disponibilidad, tras la fuga del violador serial. Brawton salió acompañado por agentes con “un permiso para visitar a un familiar enfermo” y allí aprovechó y escapó.

La historia del prófugo de la cárcel de Ituzaingó continúa sumando datos alarmantes. Se trata de Walter Alberto Brawton, un contador, casado y padre de dos hijos, a quien en 2005 lo atraparon por violador serial. En el juicio lo condenaron a 40 años de prisión por nueve abusos sexuales -dos consumados y dos tentativas-. Desde la semana pasada es buscado luego de escaparse y distintas organizaciones de familiares de víctimas exigen su captura, mientras que las autoridades del penal fueron pasados a disponibilidad.

El caso fue revelado ayer por Diario Popular, y al cierre de la presente edición el contador Brawton, actualmente de 42 años, continuaba prófugo tras burlar a los custodios, en el marco de un plan que habría incluido alguna sustancia diluida en bebidas, que literalmente durmió a los agentes. Aunque los detalles precisos de la fuga son investigados, fuentes judiciales indicaron que Brawton aparentemente dejó el penal acompañado por tres custodios del Servicio Penitenciario con "un permiso para visitar a un familiar enfermo", y fue en ese contexto que logró evadirse. La causa por el escape quedó en manos de la Unidad Fiscal de Instrucción 5 de Morón.

"La verdad es que no entendemos estas situaciones. Esta persona tuvo una condena ejemplar, de 40 años. Pero la justicia le concede la chance de llevarlo a una cárcel de mediana seguridad en Ituzaingó. Bajo ningún punto de vista un violador serial tan peligroso puede estar alojado en una unidad penitenciaria de baja seguridad, porque pasan estas cosas, que son alarmantes", dijo Alicia Angiono, titular de la ONG Madres y Familiares de Víctimas.

El juicio oral contra Brawton se registró hace cuatro años, a instancias del Tribunal Oral 2 de Morón, con nueve hechos cometidos en 2005. El sujeto siempre apelaba al mismo modus operandi: amenazaba a sus víctimas con un arma y las obligaba a subir a su auto, para luego llevarlas a un descampado donde abusaba de ellas.

En el debate, se indicó que Brawton recorría las calles de la zona Oeste del Gran Buenos Aires en busca de víctimas. Cuando las localizaba, se bajaba de su automóvil, un Honda Civic, con un arma oculta en una bolsa de plástica, amenazaba a las jóvenes y las obligada a ascender al vehículo. Luego, las violaba. El presunto violador elegía a chicas jóvenes, incluso menores, de contextura menuda. Morón, Moreno, Merlo e Ituzaingó, fueron los distritos en los que habría atacado a las mujeres.

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