La declaración de los testigos permite hacer una reconstrucción de la ruta de la bolsa: a las 3 de la madrugada, el prefecto Alberto Pandiani recibió de manos de "El Chino", una persona encargada de la seguridad interna de la Time Warp, "una bolsa gris, sin manifestar contenido". La misma se había secuestrado en uno de los controles que había en el ingreso del predio.
El prefecto declaró que no la abrió en ese momento por "la cantidad de asistentes y personas fuera de control que deambulaban por las inmediaciones" y se la entregó a la cabo Ivana Gómez "en vigilancia". Y agregó que se enteró a las 7 de la mañana que había dos muertos.
Sin embargo, cuando los fiscales llegaron al lugar de los hechos Pandiani aseguró que había entregado la bolsa -cerrada- a su jefe de servicio, el subprefecto Adrián Álvarez.
La bolsa se abrió a las 18 del sábado y recién ahí supieron que contenía pastillas con el logo de Superman, Bob Esponja, marihuana, Popper, Ketamina y éxtasis.
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La pregunta que se hacen los investigadores es qué hubiera sucedido de haber sido advertido a tiempo. La hipótesis principal, que hubo una "zona liberada y que se podía vender pastillas por cuenta propia y parece que eran varias las personas que vendían", como dijo el fiscal Federico Delgado. Y confirmó que las investigaciones se centran en dos direcciones, "la organización del evento, y la labor de las fuerzas de seguridad encargadas de los controles".
"Le pedimos al juez que requiera a la ministra Patricia Bullrich para que el Ministerio de Seguridad coloque esto como prioridad, así ganamos tiempo porque el tiempo es vital", agregó en declaraciones a radio Vorterix.
El juez federal Sebastián Casanello, en tanto, citó a indagatoria a Pandiani y otros 18 prefectos. Él cree que los prefectos, que actuaron como policía adicional, "como mínimo no ejercieron los controles prevencionales propios de su función y actuaron en forma coordinada con el personal de la seguridad privada que estaba dentro del predio".
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