Las vallas, las banderas con las rayas y las estrellas, el turismo patriótico a la capital y el merchandising político son parte del decorado de todas las asunciones presidenciales en Estados Unidos, y hoy el magnate que sorprendió al país y al mundo, Donald Trump, jurará como jefe de Estado en medio de un clima poco común de polarización que promete movilizar a cientos de miles de personas.
El corazón de Washington, donde se encuentra la Casa Blanca y el Capitolio, amaneció ayer completamente vallado, cerrado al tránsito de autos y con mucha seguridad. Las gradas para observar hoy el tradicional desfile del presidente recién asumido desde el Congreso, donde jurará, hasta la Casa Blanca, donde fue colocado el podio central, ya están listas. A sólo unas cuadras de allí la vida continuaba como siempre, excepto por algún cartel sutil blanco y azul que, pegado a los semáforos, recuerda que hoy es la Inauguración del Presidente número 45 del país.
Excepto por alguna caravana de autos negros y blindados oficiales que pasa a toda velocidad tocando bocinas incisivas, el ritmo cotidiano del resto de la ciudad siguió intacto ayer.
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Los actos por la investidura del republicano Donald Trump como presidente de Estados Unidos, a la que se prevé que asistan hoy unas 900.000 personas, estarán marcados por tres días de celebraciones, incluido el clásico desfile desde el Capitolio a la Casa Blanca, pero más allá de aquellas, también habrá numerosas protestas contra el mandatario.
Así se desarrollará la jornada de hoy en Washington: 6.30 (8.30 hora de Argentina): comenzarán los controles de seguridad en los alrededores del Capitolio. 8.30 (10.30 hora de Argentina): Donald Trump acudirá a un servicio religioso privado en la iglesia episcopal de Saint John cercana a la Casa Blanca, junto al vicepresidente Mike Pence.