Una vez más, el sol fue amo y señor del cielo marplatense y convocó, desde su generosa presencia desde bien temprano, a todos los turistas a disfrutar de un nuevo día fantástico de verano. Esta vez, a diferencia del marco que se vivió en las playas durante el lunes y el martes, el viento se hizo presente con algo más de insistencia; soplando desde el este durante las horas de la mañana y buena parte de la tarde, aportó una brisa refrescante que impidió que la temperatura alcanzara los 30 grados. De hecho, sobre el mediodía, el termómetro apenas trepó hasta los 25 grados, mientras que la sensación térmica se acarició los 29.
Con este panorama, se dio forma a un muy lindo día de playa que contó con mucha gente en las playas; en este rubro hay que mencionar, en un adelanto de nuestro informe del fin de semana, que mientras los comerciantes, vendedores ambulantes y taxistas se quejan de "la poca gente", la concurrencia que se advierte en calles, estacionamientos y playas (especialmente), hablan de una temporada muy superior a la misma franja calendaria de 2017, en relación a la gente que se ve en la ciudad. Es decir, que la mejor lectura que se puede hacer es que hay mucha gente pero consume poco.
Y los que están no dejan de aprovechar un instante las bondades del tiempo y de las bellezas de la ciudad. A la hora de pisar la arena, las alternativas son variadas y las historias recorren un amplio abanico de experiencias: desde las familias que llegan por una quincena y hasta por un mes, hasta los grupos de amigos que lo hacen por un puñado de días. En este último grupo, una barra de cincuentones llegados desde Florencio Varela, cuentan que desde hace un par de año resolvieron agregarle a los habituales asados y reuniones, una escapada de varones para celebrar "los 30 años de egresados del santa Lucía". Y enseguida, Norberto aclara: "pero sólo venimos varones, porque si hay mujeres se acaba la paz". Todos tienen apodos, Norberto es "el Borracho" y es fanático de la pesca, pero no quiere que Luis lo acompañe al muelle "porque habla mucho y me espanta el pique".
Nani, uno de los Gustavos, es el encargado de la cuestión gastronómica, preparando almuerzos y cenas ricas en proteínas "pero con pocas calorías porque somos coquetos y queremos cuidar la figura". Pomelo, el otro Gustavo, se encarga de las bebidas, mientras que Pilín sólo piensa en las estrategias que usará a la noche en la mesa de black jack del casino central: "Si tengo 12 o 13, sólo pido carta si la banca tiene una negra o un as", explica.
El Oso se encarga de los trucos de magia antes de cada partida de truco, emulando al gran René Lavand. Armando, que ahora se hace llamar César, no se mete al mar "porque el agua salada me descolora el pelo". Ricky se ufana de ser el campeón de tejo del grupo, mientras que el Tano Héctor y el Japo Andrés ya no aguantan que Mariano se tiente de la risa cada vez que empieza a contyar un chiste con lo que nadie se entera del final. Para el truco de cada día, sí o sí, hay que tirar los reyers, pero Norberto aún se sigue quejando de una falta de envido que le costó el último partido del 2017.
Así se viven las vacaciones, con historias de todo tipo en cada grupo que se forma. algunas de muchos años, otras más recientes. Una gran mayoría son de romance, otras tantas de amistad y, claro, las familiares. El sol es testigo de cada caso que, además, tiene un rato para la nostalgia de recordar otros tiempos, anécdotas con los que ya no están pero que nos acompañan con una sonrisa en cada rato, largo o corto, de vacaciones.
También están los que, vía whatsapp, avisan que falta poco para que desembarquen en la costa. Y es que la segunda quincena de enero, históricamente la más fuerte de la temporada, promete la llegada de más turistas. Y muchos ya advierten: "Nos van a tratar de mufa", y es que las distintas páginas meteorológicas anuncian que el buen clima de estos días no se prolongará más allá de un fin de semana para el que