La número 1 del mundo , Aryna Sabalenka, derrotó a la estadounidense Amanda Anisimova por 6-3 y 7-6(3) y levantó su cuarto Grand Slam.
Aryna Sabalenka volvió a escribir su nombre en la historia grande del tenis. La bielorrusa, número 1 del mundo, conquistó por segundo año consecutivo el US Open tras vencer en la final a la estadounidense Amanda Anisimova, número 9 del ranking, por 6-3 y 7-6(3).
Fue una victoria que se resolvió en apenas una hora y 34 minutos, pero que condensa el recorrido de una temporada exigente para la campeona, marcada por la frustración de tres finales perdidas antes de encontrar la gloria en Nueva York.
El partido tuvo un inicio cambiante. Sabalenka arrancó con un quiebre que parecía encaminarla, pero Anisimova reaccionó rápido y ganó tres juegos seguidos para adelantarse en el marcador. Sin embargo, la inconsistencia volvió a jugarle en contra a la estadounidense, que dilapidó esa ventaja y se vio superada por la solidez de la número 1, quien cerró el primer parcial con un claro 6-3. La diferencia se explicó en los errores no forzados: apenas 4 de Sabalenka contra 15 de su rival.
En el segundo set, la bielorrusa volvió a tomar la iniciativa con un quiebre temprano. Jugaba con control, sin arriesgar más de la cuenta, mientras Anisimova se debatía entre la necesidad de atacar y la presión del escenario. La oriunda de Freehold Township, ciudad cercana a Nueva York, tenía un condimento emocional adicional: era su primera final en casa, después de la dura experiencia de Wimbledon, donde había sufrido una derrota por 6-0 y 6-0 frente a Iga Swiatek.
Con 5-4 y su servicio, Sabalenka dispuso de la primera oportunidad para cerrar el encuentro. Anisimova, empujada por el público local, logró quebrar y estiró la definición hasta el tie-break. Pero allí la estadística jugó a favor de la bielorrusa: había ganado sus últimos 19 desempates y el número 20 no fue la excepción. Se adelantó rápidamente, dispuso de cinco pelotas de partido y, aunque su rival salvó dos, terminó sellando la victoria con autoridad.
La campeona cerró el duelo con 76 golpes ganadores y solo 15 errores no forzados, una muestra de la consistencia que la llevó a dominar el circuito. Anisimova, pese a la derrota, firmó un buen torneo que la catapultó al cuarto puesto del ranking WTA, la mejor ubicación de su carrera.
Las lágrimas de Sabalenka tras la última pelota reflejaron el alivio de un año difícil. En Australia y Roland Garros había llegado a la final sin poder consagrarse, y en Wimbledon se había quedado en semifinales. “Todas esas duras lecciones han valido la pena por este momento. Ahora mismo estoy sin palabras”, declaró con emoción en la ceremonia. Y le dedicó unas palabras a su rival: “Sé lo que duele perder en las finales”.
La consagración en Nueva York tiene un valor histórico: Sabalenka se convirtió en la primera jugadora en repetir título en Flushing Meadows desde Serena Williams, que lo hizo entre 2012 y 2014. Con este cuarto Grand Slam, reafirmó su condición de número 1 del mundo, donde ya acumula 46 semanas en la cima. Termina el torneo con 11.225 puntos en el ranking, muy por encima de sus perseguidoras: Iga Swiatek (7.933) y Coco Gauff (7.874).
En paralelo, el US Open 2025 también marcó un hito económico: el premio para la campeona fue de 5 millones de dólares, la cifra más alta jamás otorgada en un torneo de Grand Slam. Anisimova, por su parte, se llevó 2,5 millones como finalista.
La bielorrusa también hizo referencia a la particularidad de enfrentar siempre a jugadoras locales en las finales de Nueva York: “En mi primer año aquí, cuando vi que tenía que jugar partidos contra estadounidenses pensé: ‘De ninguna manera’. Pero volviendo el año siguiente y ahora, habiendo jugado con Gauff, Pegula y hoy con Amanda, sentí más apoyo”.
Del lado de la derrotada, Anisimova admitió la desazón: “Hoy siento que no luché lo suficiente por mis sueños. Ha sido un buen verano, perder dos finales seguidas es duro, pero también es una experiencia valiosa”. Aun así, su crecimiento deportivo y emocional le permiten proyectarse como una de las figuras emergentes del circuito.
Con este triunfo, Sabalenka consolidó su reinado en las canchas rápidas, donde acumula seis finales consecutivas en Grand Slam (tres en Australia y tres en Estados Unidos). En apenas dos años, levantó dos veces el trofeo en Melbourne y ahora dos en Nueva York, confirmando que su lugar en la historia del tenis femenino está asegurado.
En el corazón de Nueva York, Sabalenka no solo defendió su corona, sino que reforzó su imagen como la gran dominadora del circuito actual, capaz de superar derrotas dolorosas para escribir capítulos de gloria.