Es cierto que al bonaerense Gustavo Lemos (24 años, 24-0-0, 14 KO) lo conocen solamente los del palo del boxeo, los muy actualizados.
Pero es una de las promesas del pugilismo nacional junto a Agustín Gauto y un par más, y aunque parezca mentira o prematuro, está a las puertas de pelear no solamente por el título mundial, sino además, contra quien muchos consideran como el número 1 del momento libra por libra, por encima del Canelo Álvarez: el ucraniano Vasyl Lomachenko.
¿Cómo es esto?
Sucede que antes de la cuarentena pandemiológica tenían que pelear el australiano George Kambosos Jr. Nº 3 del ránking ligero FIB, contra el Nº 4 de la misma entidad, el galés Lee Selby (ex vencedor del mendocino Jonathan Barros), por una eliminatoria mundialista a dicha corona, que posee los dos primeros puestos desiertos y que hoy ostenta el invicto yanqui Teófimo López (23 años y 15-0-0, 12 KO).
El problema era que, aparentemente, Kambosos no iba a dar el peso, por lo cual probablemente el Nº 5 iba a tomar su lugar. Y ése no es otro que Gustavo Lemos, campeón mundial juvenil en esa categoría por la FIB.
Ahora ese inconveniente parece que se ha subsanado, porque Kambosos y Selby tienen fecha para disputar tal eliminatoria en algún lugar de Gales el 31 de octubre, para que el ganador sea retador mandatorio a la corona de Teófimo.
Pero hete aquí que Teófimo tiene un compromiso algo importante -y durísimo- para el 17 de octubre en The Bubble del MGM Grand de Las Vegas. Ese día se enfrentará nada menos que a Lomachenko, poseedor de los cintos AMB y OMB para unificar las coronas, con lo cual, el ganador de ese pleito se medirá ante el ganador de Selby-Kambosos en algún momento.
Gustavo Lemos quedaría por decantación como N º 1 de la FIB, esperando a quien resulte el campeón de esa serie de cruces, que se supone sería el ucraniano, de 32 años y 14-1-0, 10 KO, aunque todo está por verse, ya que en esa división son todos difíciles, y puede que haya muchos movimientos y saltos de división, o abandonos de fajas.
Lo cierto es que Lemos quedará a la expectativa, en la gatera, y una de las posibilidades sería medirse a uno de los púgiles sensaciones del momento. Sería extraordinario, gane o pierda, saber dónde está parado.
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