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Acompañada por su hermano Marcos, con quien comparte sus salidas de pesca cuando su agenda la deja, la extraordinaria y médica traumatóloga se lució pescando pejes
La pesca deportiva identifica a personas de muy distintas extracciones sociales, orígenes culturales y mundos diversos. Y esa pasión compartida es la que nos permite vincularnos a extraordinarias personalidades, salientes en otras áreas, que gustan compartir con Viva la Pesca un rato de distensión caña en mano. En esta edición, nos dimos un lujo inmenso: salir a pescar con una campeona Mundial y Olímpica, algo que ningún hombre ha logrado hasta el momento en el Judo argentino. Pero La Peque, chiquita pero poderosa, logró esas metas y nos representará nuevamente en el Mundial de Judo de Japón,. el año que viene, mientras hoy compite en los Panamericanos de Lima.
Es frecuente que a deportistas de alta competencia, exigidos al máximo, la pesca deportiva les represente un espacio de relax, ideal para compartir con afectos. En este caso, junto a su hermano Marcos, Pareto nos acompañó a una salida hecha con la guía del gran Simón Pescador (Simón Hamparsomian, responsable de la firma de bolsos y artículos de pesca Depredador), con quien salimos en la lancha de Sergio Gordusenko desde el Motonáutico de San Fernando.
El día, planchado, nos invitaba a hacer una navegación muy amable, pero la contra sería que la ausencia de viento conspiraría contra el pique de flechas de plata. Nos decidimos a instancias de Simón por uno de su points preferidos en Playa Honda. Allí armamos las cañas Tech y Spinit de 4,25 y 4,50 metros cincuenta, aparejos con boyas Doble- T con Attractor (el “sonajero” que hace ruido, y que probamos como un nuevo atractivo en días planchados) y usamos mojarrones de El Abuelo Carnadas que tiene ESA mojarra grande ideal para buscar matungos en el Río de la Plata.
La mañana estuvo floja, con algunas capturas de Marcos, pero sobre todo con una Peque que picó en punta logrando varias flechas, aunque los tamaños no nos conformaban. Simón nos invitó a levantar todo y movernos unos kilómetros, hasta la zona del Ministro Di Tomasso, un naufragio muy conocido entre los pescadores porque es zona de grandes pejerreyes. Como dijimos, el día de agua planchada hizo que navegar fuera fácil. Repetimos el ritual de echar las anclas de capa, los botellones con ceba y hacer correr nuevamente las líneas por esa zona cebada esperando suerte.
El día corría con capturas menores hasta que a eso de las 3 de la tarde la cosa cambió: hubo una impresionante pasada de matungos. La Peque picó en punta con un soberbio peje de un kilo. No había terminado de copear su gran pejerrey cuando Simón vio que una de sus boyas se disparaba y, con un matungo a los saltos dentro del bote, clavó otro pescado de novela. Ni bien ocurrió eso la suerte vino para mi lado y logré clavar algo verdaderamente grande a unos 100 metros de distancia: el peje asomaba la punta de la cola y abría la boca como diciendo “no, no, no”, sacudiendo su cabeza de un lado al otro, o emprendiendo corridas laterales que obligaron a mis compañeros a recoger sus líneas para evitar galletas. A la postre pude arrimarlo y la copeada certera de Simón nos puso a bordo un pejerrey de 1,200 kg, tremenda captura que fue la pieza del día.
Sergio Gordusenko logró también ejemplares de excelente tamaño que, generoso, cedió a nuestra invitada para que se diese el gusto con los enormes matungos del Río de la Plata. Así, con el partido ganado en el segundo tiempo cuando el reloj estaba por llegar a los 90, la Peque soltó una frase genial: “ííQué divertido que es pescar con boyas!!”. Y dio en la tecla Pareto, el encanto de la pesca de pejerrey pasa por ver el pique, sentir la adrenalina de esa boya que se desaliña y sale al revés que sus hermanas, avisándonos que “hay visita”.
Como consejos finales para una pesca en el Río de la Plata de grandes matungos, conviene usar anzuelos 2/0 y meter doble o triple mojarra o un par de mojarras y una tira de filet de dientudo, para ofrecer así un bocado tentador para estos pejes bocones, migratorios y hambreados, que tragan todo por mas grande que sean nuestros ofrecimientos. Vaya y disfrute
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