La banda de Marcelo Gallardo le metió otro triunfo al torneo local justo cuando se viene el Superclásico, como para dejar en claro que no se baja de ninguna pelea. Con un mayo definitorio, River arrancó el calendario sumando tres puntos de botín y letra de sus goleadores Lucas Alario y Sebastián Driussi frente a un Temperley que jugó de igual a igual en varios pasajes del partido pero que no pudo soportar la presión y al final se quedó sin milagro.
Este resultado, deja a los de Núñez a siete puntos de la cima, aunque un triunfo en el clásico lo acercaría a cuatro de Boca y, además, cuenta con un partido pendiente ante Atlético Tucumán. De sumar ésas seis unidades, el Xeneize quedaría sólo un punto por encima.
Con Rodrigo Mora de puntero derecho, el Millonario salió a jugar con tres delanteros - Alario jugó de centro delantero y por izquierda, Driussi-. El detalle táctico se completó con los tres volantes: Pity Martínez por la derecha, Leonardo Ponzio adentro y Ariel Rojas por la izquierda.
Enfrente, Temperley mantuvo su línea de cuatro, con tres volantes internos, -Zarate, Escobar y Di Lorenzo- y con dos externos sobre los laterales -Figueroa sobre Casco y Ozuna contra Moreira- y un centrodelantero -Guevgozián-.
Esos dibujos le dieron mayor posesión a River que en el primer cuarto de hora tuvo dos disparos de Driussi desviados y una llegada de Mora que se diluyó. El Celeste tenía lo suyo apenas con algunos errores defensivos del rival como esa aparición de Ozuna que pateó afuera desde buen lugar y una llegada de Figueroa que sacó al córner Batalla.
Hasta que a los 38 minutos, cuando el primer tiempo se iba, hubo una gran presión de Ponzio para que la pelota le quede a Mora de frente para irse derechito al arco, para hacer una pared preciosa con Alario y para que el Pipa defina con la calidad de sus pie derecho.
Con el gol, River se infló y tuvo el segundo en dos oportunidades: primero, con un frentazo de Driussi -se lo sacaron en la línea- y enseguida, con otro de Alario que tapó Ibáñez.
Pero lo que no pudo el Millo, en una contra el Celeste metió un golazo fuera de libreto por dos razones: porque fue inesperado y porque lo hizo Cristian Chimino, el lateral derecho, definiendo como si fuera un delantero de categoría extrema.
El segundo tiempo arrancó con el Millo en el vestuario. Temperley le llegó con absoluta claridad dos veces y no hubo goles de casualidad. Fue ese suspiro Celeste y al rato todo volvió a emparejarse. Los de Gallardo, con poco, fueron y resolvieron mucho.
Una pelota robada por Driussi y un pase al Pity que acabó en penal por mano de Bojanich dio pase al gol de Alario. El tercero cayó de maduro con otra pérdida defensiva del Celeste provocada por la presión que generó el Pity para agarrar la pelota y asistir a Driussi que no quiso quedarse afuera de la fiesta del gol con concluyó Mayada con un golazo inolvidable.
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