El Departamento del Tesoro de Estados Unidos confirmó que transfirió a la Argentina Derechos Especiales de Giro (DEGs) por USD 872 millones el pasado 15 de octubre, fondos que el Gobierno utilizó para cancelar el último pago anual al Fondo Monetario Internacional (FMI) realizado a comienzos de este mes.
La operación quedó asentada en los registros del Fondo de Estabilización Cambiaria (ESF) y coincide con los movimientos ya informados en la página oficial del propio organismo multilateral.
El movimiento implicó un fuerte incremento en la tenencia de DEGs por parte de la Argentina: pasó de 29,6 millones a 670,4 millones durante octubre, una suba de 640,8 millones que refleja la contraparte exacta de la caída en las reservas estadounidenses, que descendieron de 127.451,3 millones a 126.810,5 millones.
En el portal del Tesoro norteamericano figuró una “venta” de estos activos a la Argentina por el equivalente a USD 872 millones, lo que confirma la asistencia financiera enmarcada dentro del swap acordado recientemente entre ambos países.
No fue la única intervención relevante del área dirigida por Scott Bessent. En las últimas semanas, el funcionario ya había utilizado USD 1.900 millones en el mercado cambiario argentino con el objetivo de moderar la cotización del dólar antes de las elecciones legislativas. A fines de octubre, Bessent anunció públicamente el acuerdo con el Banco Central (BCRA) y expresó su respaldo al programa económico argentino: “No queremos otro Estado fallido en América Latina”, señaló en sus redes sociales al comunicar el entendimiento.
Los DEGs constituyen un instrumento clave del sistema financiero internacional. Creado por el FMI, este activo funciona como una suerte de moneda internacional utilizada exclusivamente entre Estados y organismos multilaterales para reforzar reservas o cancelar obligaciones. Su valor se define a partir de una canasta integrada por el dólar, el euro, el yuan, el yen y la libra esterlina, lo que les otorga estabilidad y los convierte en una herramienta útil para obtener liquidez de forma rápida sin recurrir a un préstamo tradicional.
Cuando un país recibe DEGs puede intercambiarlos por divisas con otro miembro del FMI o con el propio organismo, facilitando el acceso a fondos frescos para enfrentar vencimientos o tensiones en el balance de pagos. De este modo, la transferencia desde Estados Unidos permitió al Gobierno argentino cubrir el pago al Fondo sin deteriorar sus reservas netas.
En paralelo, el ministro de Economía, Luis Caputo, salió a desmentir enérgicamente las versiones sobre un presunto rescate financiero que se estaría negociando con bancos internacionales por unos USD 20.000 millones. Las especulaciones comenzaron tras un tuit del periodista Eduardo Feinmann y una publicación de The Wall Street Journal, que aseguró que el plan de asistencia habría sido “archivado”.
Caputo negó cualquier tratativa de ese tipo y apuntó contra lo que consideró maniobras de desinformación: “Nunca hablamos con los bancos de un rescate, ni de 20 mil millones. Es una operación más con la sola intención de generar confusión”, escribió el titular del Palacio de Hacienda en sus redes sociales. Según el ministro, la única operación vigente es la ya anunciada con el Tesoro norteamericano y el Banco Central, en el marco del swap que permitió acceder a los DEGs utilizados para cancelar el vencimiento con el FMI.
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