
Los sectores que tuvieron la incidencia más negativa en el agregado fueron la industria (-9,8%), el comercio (-10,4%), la construcción (-20,2%) y la intermediación financiera (-10,5%).
La actividad económica sigue evidenciando el impacto de la recesión y profundizó el retroceso respecto a la medición previa tanto a nivel interanual como mensual, acumulando para los primeros cinco meses del año una contracción de 6,0%, de acuerdo al Índice General de Actividad (IGA) que elabora la consultora Orlando J. Ferreres.
El nivel general de actividad registró una caída de 4,4% interanual en mayo, superior al registro de abril que había arrojado un declive del 3,1% frente al mismo mes del 2023. En la medición desestacionalizada se produjo un retroceso de 0,8% respecto al mes precedente, que había exhibido una expansión de 1,3% en relación a marzo.
Ante estos datos negativos, la consultora consideró que se está “consolidando un piso en el nivel de actividad”. Los sectores que tuvieron la incidencia más negativa en el agregado fueron la industria (-9,8%), el comercio (-10,4%), la construcción (-20,2%) y la intermediación financiera (-10,5%).
Como contraposición, el reporte precisó que “se destaca el agro, con cifras muy abultadas por el contraste entre la actual campaña gruesa y la del año pasado, y la minería impulsada por la producción petrolera y gasífera en Neuquén”.
El martes, el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) dio a conocer los resultados del Intercambio Comercial Argentino (ICA) durante mayo de este año que dejó un superávit comercial de 2.656 millones de dólares.
Esto se debe principalmente al aporte del campo argentino y su efecto en la balanza comercial argentina, ya que las exportaciones aumentaron 21,7% interanual superando los 7.620 millones de dólares y las importaciones cayeron un 32,8% por debajo de los 5.000 millones de dólares.
En cuanto a la perspectiva estimada, la consultora señaló que “hacia adelante esperamos que en los próximos meses comience una lenta recuperación, contingente a que se consolide el ordenamiento de las variables macro y de que los ingresos de las familias crezcan por encima de la inflación”.
La caída de la actividad económica se suma a la baja del Producto Bruto Interno. El PBI registró en el primer trimestre de 2024 una caída del 5,1% en comparación con el mismo período del año anterior. En términos desestacionalizados, la caída fue de 2,6% respecto al cuarto trimestre de 2023.
Para encontrar una caída similar en términos desestacionalizados para un primer trimestre hay que remontarse al mismo período de 2020, cuando la actividad se redujo un 4,8% respecto del último trimestre de 2019, en el marco de la pandemia por COVID-19.
Los resultados del primer trimestre de 2024 se explican por un descenso respecto al mismo período del año anterior del consumo privado (-6,7%); el consumo público (-5%); la formación bruta de capital fijo -indicador que se utiliza para medir las inversiones (-23,4%); y las importaciones, que cayeron un 20,1%. Solamente tuvieron un resultado positivo las exportaciones, que crecieron un 26,1% en comparación con el primer trimestre de 2023.