El Fondo Monetario Internacional (FMI) recomendó a la Argentina avanzar en un régimen cambiario simplificado, con disciplina fiscal y política monetaria restrictiva, para lograr una acumulación de reservas que permita finalmente hacer frente a la deuda y estabilizar la situación macroeconómica del país.
La publicación se da en medio de las negociaciones cara a cara del equipo económico argentino con los técnicos del FMI en Washington, donde se busca llegar a un acuerdo en la reconfiguración de metas y desembolso para lo que resta del programa.
Los especialistas del organismo sostienen que el tipo de cambio está atrasado en la Argentina, por lo que sugieren depreciar el peso.
En el documento publicado por el staff técnico del FMI, se analizan las cuentas corrientes de los miembros. En la misma se da cuenta de un dólar más fuerte tras la salida de la pandemia y el impacto en el resto de las economías, principalmente las emergentes.
Como diagnóstico, el informe reconoce que el país tiene "elevadas vulnerabilidades de la deuda externa, las reservas internacionales precariamente bajas y la falta de acceso a los mercados internacionales de capital". Por lo que "es crítico continuar implementando políticas macroeconómicas prudentes que fortalezcan la cuenta corriente externa y la cobertura de reservas para asegurar la sostenibilidad externa", detalla.
Como modos de lograr estos objetivos el Fondo entiende que se debe ir a "una consolidación fiscal favorable al crecimiento, combinada con una política monetaria restrictiva y un régimen cambiario simplificado" para lograr "moderar el crecimiento de la demanda interna, reforzar la balanza comercial, reconstituir las reservas internacionales, recuperar el acceso a los mercados y garantizar la sostenibilidad de la deuda fiscal y externa".
Complementariamente, el informe refiere a que "se requieren reformas estructurales para impulsar la capacidad exportadora de Argentina y fomentar la inversión extranjera directa".
En tanto, recomienda que "a medida que se restablezcan la estabilidad y la confianza, habrá que considerar una flexibilización gradual de las medidas del mercado cambiario basada en condiciones y eliminar las prácticas de monedas múltiples y las restricciones cambiarias", es decir a medida que se salga del cepo desaparecerán la brecha y todos los tipos de cambio introducidos con los impuestos y percepciones. Otro de los puntos que dejó en claro, es que se debe continuar en orden los pagos de la deuda: "La deuda bruta y las obligaciones del servicio de la deuda siguen siendo sustanciales y el cumplimiento de estas obligaciones a medio plazo dependerá de la situación de la cuenta corriente".
Respecto de la cuenta corriente, quizás la buena noticia es que esperan que "la balanza de cuenta corriente alcance un superávit en 2023, a pesar de las condiciones de sequía que afectan a las exportaciones agrícolas, debido principalmente a la moderación de la demanda interna y de las importaciones, la mejora de la relación de intercambio de productos básicos y el aumento de los ingresos por intereses de los activos privados argentinos en el extranjero".
Además, otro de los puntos que resaltó el Reporte es el atraso cambiario durante 2022. "Se estima que se habrá apreciado un 20% adicional durante 2022. Esta apreciación refleja en gran medida el hecho de que el tipo de cambio ha ido por detrás de la inflación general", detallaron.
En lo que refiere a los controles cambiarios adoptados por el Gobierno a la entrada y salidas de capitales, si bien reconoce que "han contribuido a contener las salidas de capital", también indica que "han introducido distorsiones que desalientan el comercio y la inversión extranjera". Por lo que " es importante señalar que estas medidas no sustituyen a unas políticas macroeconómicas sólidas".
Si bien en pasadas discusiones y en el presente documento entienden que los controles "son necesarias a corto plazo para hacer frente a los desequilibrios, deberían eliminarse y es necesaria una flexibilización basada en condiciones, especialmente para fomentar la IED".
En este sentido, el informe indicó que medidas "fiscales y monetarias más estrictas son necesarias para garantizar los superávits comerciales previstos y mejorar la cobertura de las reservas". Eso a su vez "es esencial para allanar el camino hacia el acceso al mercado y la flexibilización de las medidas de control a mediano plazo".
El documento explica que "dada la escasez de reservas, las ventas de divisas (en el mercado oficial o paralelo) deben ser coherentes con los objetivos de acumulación de reservas, teniendo en cuenta al mismo tiempo la variabilidad derivada de factores estacionales y de episodios temporales de volatilidad excesiva".
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