Bruce Willis acaba de convertirse en el primer actor vivo en vender los derechos de su imagen para aparecer en forma digital en futuras películas, a través de la inteligencia artificial y el uso de la tecnología deepfake.
El intérprete, de 67 años, que se retiró del cine en marzo por sufrir de afasia -una enfermedad que afecta la capacidad de expresión y comprensión- vendió sus derechos a la empresa estadounidense Deepcake, que tendrá la posibilidad de reproducir un “gemelo digital” del protagonista de la saga de Duro de Matar.
En 2021, Willis le otorgó un permiso a la empresa para hacer una participación en dos anuncios de un servicio telefónico ruso, y sin tener que viajar, su rostro se trasplantó digitalmente al cuerpo de otro intérprete.
El Bruce Willis digital está basado en 34.000 fragmentos y para su creación se utilizaron miles de fragmentos de películas protagonizadas por el actor y se entrenó a la Inteligencia Artificial (AI) durante 14 días, aunque la empresa Deepcake aseguró que es posible crear un deepfake completo en cinco días.
Al respecto, la estrella de Hollywood aseguró "Me gustó la precisión con la que resultó mi personaje. Es una minipelícula en mi género habitual de acción-comedia. Para mí, es una gran oportunidad de retroceder en el tiempo. Con la llegada de la tecnología moderna, incluso estando en otro continente, pude comunicarme, trabajar y participar en el rodaje. Es una experiencia muy nueva e interesante, y doy las gracias a todo nuestro equipo".
Recurrir a la tecnología para solucionar los problemas que pueden surgir con los actores no es una novedad en Hollywood. Cuando en 1993, Brandon Lee -hijo del Bruce Lee- murió durante el rodaje de la película "El Cuervo" tuvieron que finalizar sus escenas con CGI.
En las grandes franquicias como Star Wars (La Guerra de las Galaxias) los actores son copiados digitalmente por si quieren usarlos en futuras series o películas. La novedad con este caso es que fue el propio actor quien ha vendido directamente sus derechos a una empresa, permitiendo que su imagen sea use más allá de las sagas en las que apareció anteriormente.
En definitiva, esto se ha convertido en una opción muy interesante para los actores, que trabajan hasta conseguir una imagen reconocible en todo el mundo para que después una IA pueda hacer el trabajo y ellos vivir de rentas y la para los estudios, de conseguir el beneficio extra de que podrán seguir aprovechando el talento y el carisma de estos actores.
En 2013, la película franco-israelí "El Congreso" protagonizada por Robin Wrigth, Harvey Keitel y Paul Giamatti y dirigida por Ari Folman, advierte de los peligros de un mundo que avanza irremediablemente hacia la digitalización.
Este filme cuenta la historia de una actriz en decadencia que, por importante suma de dinero, firma un contrato con un estudio de Hollywood que hará una copia digital de ella para utilizarla en los próximos 20 años en todo tipo de películas, y ella será eternamente joven en pantalla. Una vez más, la realidad supera a la ficción (o se combinan).