Carlitos Balá falleció en las últimas horas a los 97 años y durante su vida mantuvo una relación especial con la línea 39 de colectivos, ya que arriba de las unidades del "Marrón" comenzó en la década del '50 a ganarle la batalla a la timidez y a elaborar los monólogos que luego se apoderarían del corazón de los argentinos.
Tal fue su cariño con los colectivos de la 39, que tuvo una gran relación con choferes, los cuales lo dejaban subir para que haga deleitar a los pasajeros y hacer el viaje mucho más ameno.
La empresa, a modo de homenaje, le hizo en vida varios reconocimientos y el último fue en su cumpleaños 97, en agosto pasado, cuando en la terminal de Chacarita, su barrio, se inauguró una iluminada escultura.
Esta obra fue hecha por Alejandro Marmo, el escultor que creó el mural de Evita en el Ministerio de Desarrollo Social sobre la avenida 9 de Julio.
Ya conocida la noticia de su fallecimiento, la terminar de la empresa se transformó en una especie de santuario, ya que los vecinos llevaron cartas y flores para recordar al legendario humorista.
Balá será velado íntimamente por la familia en una cochería de la avenida Córdoba al 5000 y luego podrá ser despedido por el público en general en la Legislatura porteña.
Mañana, a las 11, sus restos serán llevados al cementerio de la Chacarita.
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