El jueves pasado, un inesperado tweet de la empresa Edenor sorprendió a todos al denunciar que un local de Maru Botana tenía una conexión clandestina de electricidad. Rápidamente, la cocinera salió a aclarar que ella no era dueña del local, que se trataba de “una franquicia de Alejandro Stoessel (el padre de Tini)”.
Pese a las explicaciones, las críticas no cesaron y la angustia de Botana fue creciendo. "Les quería hablar después de todo lo que pasó. La verdad es que estoy angustiada. Me cayó una bomba el jueves. Fue horrible", comenzó con su descargo a través de un video que publicó en su Instagram.
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Al borde de las lágrimas, la conductora aseguró que cuida "un montón" a su marca, a la cual tiene desde "hace más de 25 años". Y destacó que "es la primera vez" que permite que se abre una franquicia.
"Me costó un montón tomar la decisión. Trato de ocuparme de que esté bien toda la parte de la comida, lo gastronómico, la pastelería, las tortas, estoy atrás, leo los comentarios, me ocupo de todo. Pero nunca imaginé que mis franquiciados no se iban a ocupar de esto", aseguró.
"Fue una mala pasada para mí, horrible para la marca y para mí. Lamentablemente mi marca tiene mi nombre, mi cara, todo. Me pegó mucho. No quería dejar de decirles que estoy tratando de solucionar todo esto, me estoy ocupando. Les pido mil disculpas. Sepan entender que no tengo nada que ver", concluyó.